A Vigo le gustan los vehículos de dos ruedas. Poco a poco la ciudad ha ido acogiendo un parque de motos cada vez más grande que lo aúpa hasta la parte alta de los rankings de urbes moteras. Una de las claves de ese repunte fueron las mejoras impulsadas por el Concello para sustituir guardarraíles peligrosos por modelos más seguros, crear pasos adelantados ante semáforos... "Vigo es una ciudad cómoda para andar en moto; tenemos un microclima especial y facilidades para circular", explica Ángel Costas, socio fundador del club Simplemente Moteros, quien considera que el municipio sirve incluso de "piloto" para medidas que pueden extenderse después a otras localidades. El proceso para lograr esos resultados no ha sido corto, señala Costas, quien recuerda que "hace 12 años estábamos peleando por los problemas con las tapas de alcantarilla".

Desde el club Moto Lagarto, Ángel González se reconoce también "muy contento por los cambios" impulsados por el Ayuntamiento en los últimos años, aunque recuerda que al final se traducen en "más fluidez" para el tráfico urbano. Entre las propuestas para seguir en esa senda, apunta la necesidad de diseñar también plazas de aparcamiento para motos de grandes dimensiones.

"La ciudad ha cambiado mucho, por suerte. En lo que ha medidas para motos se refiere Vigo es una ciudad puntera", comenta Manuel López Marcos, de Moteros Unidos por la Vida. El veterano conductor recuerda los avances y transformaciones de los últimos años, tanto en las calles de la ciudad como en la mentalidad de los propios vigueses. "La moto se va integrando cada vez más, ahora es casi una herramienta de trabajo", reflexiona Marcos, impulsor también de otros colectivos basados en el amor por las dos ruedas. Entre los deberes que aún quedan pendientes cita terminar la sustitución de los modelos antiguos de guardarraíles, muy peligrosos para los motoristas; y también ahondar en la educación vial. "Hace falta mayor concienciación tanto por parte de los conductores de coches como de motos", zanja.

Carina Barbones, de Motoclub Galicia, coincide también en señalar las mejoras que se han ido aplicando en las calles de la ciudad, aunque insiste en que esa política no puede frenarse: "La gente sigue quejándose del mal estado de algunas carreteras".