El invierno plantó batalla hasta el último minuto, pero la primavera ya está instalada en la ciudad tras derrotar a la estación más fría del año. El Casco Vello se llenó ayer de música y flores para acoger la Festa dos Maios, una cita que este año tuvo lugar en O Berbés y que celebra su XXXVI aniversario. Centenares de personas se dejaron caer por el barrio histórico para disfrutar de un evento que cada año gana más adeptos. La representación teatral, ya por la tarde, abarrotó la plaza marinera.

El día arrancó con el invierno dando sus últimos coletazos. Temperaturas frescas y varios chubascos ocasionales amenazaron con aplazar la llegada definitiva de la primavera. No fue así. Los vecinos del Casco Vello ya tenían instalado su "maio" a modo de ofrenda. Lo habían levantado la noche anterior. "Un grupo estuvimos cosiendo durante toda la tarde y otro adornó una farola de madrugada. El objetivo era que O Berbés amaneciese totalmente florecido", señala Loli Hernández, una de las veteranas de la celebración y que siempre suele asistir con su grupo de amigas. "Es una fiesta muy bonita y la representación merece la pena", señala la residente.

La fiesta no entiende de edades y ayer se pudo ver a numerosos niños disfrutando de los talleres de maquillaje, cuentacuentos y representaciones teatrales. "Nos encantan las flores y vestirnos de época. Cada año asistimos a la Festa dos Maios y hacemos nuestras propias coronas", reconocen Leire González y Laura Fernández, dos jóvenes amigas de la ciudad olívica.

Los que más disfrutan la fiesta son los propios residentes del barrio. Todavía recuperándose de la Reconquista, los personajes que hace una semana expulsaron a los franceses ayer paseaban tranquilamente engalanados con flores. "Es un evento con un gran significado y que a la gente le atrae mucho. Por fin podemos decir que es primavera en el Casco Vello y en Vigo", comentan Juan Álvarez y Hadrián Román, de la asociación vecinal.