Marta Vilas tuvo su primer contacto con la arquitectura religiosa cuando Alberto Noguerol le propuso un centro parroquial como proyecto fin de carrera. Y desde entonces el tema le ha apasionado hasta el punto de dedicarle su tesis y varios años de trabajo.

Defiende que en estos diseños se manifiesta la "esencia" del arquitecto: "Un proyecto religioso tiene un programa corto, la celebración de un rito litúrgico, por lo que acaba convirtiéndose, sobre todo, en la construcción de un espacio puro que permita la meditación y la oración. Se centra en el manejo del espacio y la luz, que son las demandas principales de la arquitectura. Y se plantean las grandes preguntas, por ejemplo, si deben plantearse como cualquier proyecto o introducir contenidos simbólicos".

También recuerda que la definición de liturgia de la RAE incluye los actos solemnes no religiosos: "Dotar de solemnidad a los espacios es el objetivo de toda arquitectura, incluso de la doméstica. Es lo que está detrás de toda obra".