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Curty, autor del nuevo libro de Estudios Vigueses. // Marta G. Brea

Martin Curty: "La prensa española era germanófila; aquí había además una gran colonia alemana"

"La expresión durante los primeros y últimos años de la contienda era muy diferente"

El Instituto de Estudios Vigueses (IEV) coloca la segunda piedra de la trilogía con la que aspira a arrojar luz sobre cómo se vivió la Segunda Guerra Mundial en la ciudad. Tras la publicación de "Vigo y su colonia alemana", en 2014, obra de Antonio Giráldez, el IEV presenta ahora "La prensa de Vigo en la Segunda Guerra Mundial". A lo largo de sus páginas el arquitecto e historiador Martín Curty analiza el relato de la contienda global en los diarios locales de los años 30 y 40. Para dar forma al libro el veterano escritor tuvo que bucear en cerca de 20.000 planas y hemerotecas. El volumen se presentará el jueves 1 de febrero a las 19.00 horas en el Museo del Mar.

-¿Qué analiza en el libro?

-Básicamente cómo trazo la prensa de Vigo el relato de la Segunda Guerra Mundial, cómo se contó a los vigueses de la década de los 30 y 40 lo que estaba pasando en Europa y en el mundo. Una historia muy tergiversada, muy ilusoria, terriblemente plagada de falsedades, al principio sobre todo. El relato va cambiando en función de los intereses del Régimen.

-La prensa estaba entonces atada en corto por la dictadura y sometida a censura. ¿Era el caso de Vigo similar al del resto de España?

-Sí, le pasó a toda la prensa nacional. Yo diría que toda la prensa española, con la excepción de las crónicas de Augusto Ussía en La Vanguardia, era profundamente germanófila. Aunque el caso de Vigo era especial por dos cosas que señalo en el libro: por un lado estaba la prensa del Movimiento, que controlaba gran parte de la información; y por otro, la fuerza que tenía en Vigo la colonia alemana, que era rica, potente y fuerte. En el caso de Vigo es evidente además que el extremismo de El Pueblo Gallego estaba a años luz de los demás.

-En Vigo había también una colonia británica, atraída en parte gracias a la compañía de telégrafos. ¿Se notaba también en la prensa? ¿Tenían acceso a otras cabeceras?

-Aquí el oscurantismo era extremo. Una mañana de 1943, a plena luz del día, entró en la ría de Vigo un submarino alemán para refugiarse. A pesar de eso el reflejo que tuvo en la prensa local fue nulo. No dijeron nada. Mientras, en Madrid había un gran conflicto diplomático con el Ministerio de Asuntos Exteriores y las embajadas de Estados Unidos e Inglaterra, que querían impedir que el submarino volviera a salir por la neutralidad del país.

-¿Fue variando el discurso a medida que avanzaba la guerra?

-He repasado con lupa unas 20.000 planas. Desde los antecedentes de la guerra, como los pogromos contra los judíos, a la guerra nuclear en Japón. La forma en cómo se contó al principio era muy diferente a cómo se contó al final. Pero evidentemente voces de disidencia no hubo. Hay un momento crucial que para mí cambió el tono de la prensa en 1943: la expulsión de los alemanes e italianos del norte de África. En ese momento el propio Franco se da cuenta de que aquello no estaba tan claro, que con la intervención de EE UU y la resistencia británica y soviética? no estaba nada claro. A partir de ese momento empieza un tratamiento de las noticias con un carácter que pretende ser casi imparcial para el frente occidental aunque igual de imparcial para el soviético.

-¿Era más equilibrado el tono hacia el final de la contienda?

-Era especialmente crítico con Japón por las matanzas de sacerdotes en Filipinas. Aquello parece que sentó muy mal al Régimen y la criminalización de los japoneses a lo largo de 1945 fue tremenda. Al principio no, en 1941 se les presentaba como héroes. Pero al final la situación había cambiado mucho y la matanza de misioneros españoles en Filipinas fue clave.

-¿Se hablaba del Holocausto? ¿Había menciones a los campos de concentración en la prensa?

-Yo nunca creí que fuese a encontrar un reflejo del Holocausto en la prensa viguesa, pero sí que lo hay. Recuerdo una noticia que habla de una conferencia que organiza la colonia con motivo del cumpleaños del führer y en ella se habla sobre la pureza racial en Alemania. También hay referencias a los campos de concentración. En la portada de mi libro se ven titulares en los que se habla de ellos como campos de reeducación.

-¿Y el Desembarco de Normandía? ¿Cómo se abordó?

-Se trató con una relativa ecuanimidad. Pero en ese momento Hitler, como respuesta al desembarco de Normandía, empezó a disparar las bombas volantes sobre Londres. Entonces se le dio casi tanta importancia o más a la ofensiva que al propio desembarco.

-Este es el segundo libro de la trilogía del IEV, y ¿el tercero?

-Estamos empezando a trabajar en él y en principio va a tratar la vinculación del puerto y la Segunda Guerra Mundial. Seguramente se hará de una forma más coral.

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