Vigo se enfrenta a una situación muy delicada. Las precipitaciones de los últimos días no han paliado los problemas ocasionados por la sequía persistente de los últimos meses y el Concello empieza a barajar la posibilidad de que la ciudad entre en el siguiente nivel de alerta, el de "escasez severa" de agua en los primeros días de diciembre. Es la primera vez que los técnicos de la Concejalía de Fomento ponen fecha a esta probabilidad, que implicaría restricciones más fuertes a nivel público y privado.

"Estamos todavía en una situación controlado, pero sigamo ahorrando el máximo de agua posible porque en la primera semana de septiembre podríamos pasar al siguiente nivel de alerta", explicó hace unos minutos el alcalde, Abel Caballero. Ese segundo estadio, con los embalses con agua almacenada para solo 70 jornadas, implicaría el envío de una carta a todos los ciudadanos para concienciarlos de la situación, la búsqueda de nuevas fuentes de suministro, la solicitud de reducción del caudal ecológico ya formulada desde el gobierno vigués a la Xunta y el objetivo global de reducción del consumo ascendería hasta un 10% sobre las cifras habituales.

Según los datos de Augas de Galicia, Eiras se encuentra al 43,95% de su capacidad y Zamáns al 40,85%. La previsión de lluvias es escasa en las próximas jornadas y Caballero reclamó ayer de nuevo dos peticiones urgentes a la Consellería de Medio Ambiente: la construcción de un azud planteado inicialmente en 2011 desde el río Verdugo al Oitavén y la reducción el caudal mínimo que se alivia desde los embalses del área de Vigo hacia los ríos."Estamos en situaicón de alerta y vuelvo a pedir que inicien el azud sin perder más tiempo", reclamó el regidor a la Xunta.