Un contenedor lleno de cuadros, fotografías, marcos antiguos y un largo etcétera de elementos decorativos, la mayoría de madera, llamó ayer la atención de los viandantes que transitaban por las inmediaciones de A Laxe, a las puertas del hotel Bahía. De hecho, muchos no dudaron en ponerse a rebuscar entre ellos cual comprador en busca de gangas en los primeros días de rebajas. Aunque todo eran reproducciones de cuadros de famosos pintores sin valor alguno, también había peculiares fotografías, como una de Julio Iglesias abrazando y besando al hostelero vigués Telmo Domínguez, que presumía de mantener una estrecha relación con el famoso cantante y que incluso le entregó en los años 80 el galardón como el gallego más internacional.

Toda esta galería de "arte" procedía del interior del Hotel Bahía. Según explicó a este periódico su director, César Ballesteros, se trata de cuadros y otros elementos que había en varias habitaciones del hotel que están "tematizadas" y que se quitaron el año pasado para reformarlas. Hecho que explica que entre los cuadros hubiera una Gioconda de Leonardo Da Vinci u obras de Paul Gauguin, entre otras. "Tenemos varias plantas personalizadas, una de ellas la de los pintores", explica su máximo responsable. Y, aunque muchas acabaron en manos de los curiosos que pasaban por la zona, otras, como la citada fotografía de Julio Iglesias, volvió para el hotel. "La llevaron por equivocación y pedí que la recuperaran. Dentro de tres años el hotel celebrará su 50 aniversario y estamos recopilando fotografías y otros elementos históricos", anota Ballesteros. Y, aunque desconoce si esta instantánea se tomó en el hotel, cree que sí podría ser. "Telmo Domínguez llegó a ser recepcionista", asegura.

La limpieza se realizó ya el año pasado. Pero aunque todo se almacenó, el espacio se quedó pequeño y esta semana el hotel decidió deshacerse de estos elementos, para lo que contrató una empresa. La céntrica zona en la que se encuentra el hotel y lo llamativo de los desperdicios no pasó desapercibido para los viandantes. No es la primera vez que sucede algo similar. "Hace unos años quitamos también varios minibares y vinieron a preguntarnos si funcionaban y si se los podían llevar", recuerda Ballesteros.