El pequeño Vigo Decker Rodríguez, de cuatro meses, conoce estos días la ciudad natal de su madre. Esa por la que la morriña la llevó a bautizar a su primer vástago con el topónimo. Susana Rodríguez y su marido, Sören Decker, fueron recibidos esta mañana en el Concello por el regidor olívico, quien les entregó un diploma como hijo adoptivo para el bebé.

Susana eligió Hamburgo como destino erasmus hace 16 años, y tanto le gustó que decidió establecerse en la ciudad alemana, donde conocería a su pareja. Sin embargo, la morriña pesa en su día a día, lo que le llevó a nombrar a su primogénito como su ciudad: Vigo. "Siempre me gustó el nombre, y al tener al pequeño no tuve dudas", confesó. Su amor por su tierra es tal que, en caso de aumentar la familia: "si tuviésemos una niña pensamos en llamarla Cíes o Celta", añadió.