Radares que "disparan" por la espalda y también de frente, badenes, pasos de peatones resaltados, viales de un solo carril limitados a solo 30 km/h... Correr se ha puesto cada vez más difícil en Vigo. La Concejalía de Tráfico lleva años esforzándose en blindar cada vez más la seguridad de peatones y conductores y sus medidas están teniendo efectos positivos. O al menos así se desprende de las estadísticas de la Policía Local. Cada vez son menos los siniestros que se producen en la ciudad desencadenados por pilotos que exprimen el motor de su coche por encima del límite permitido, lo que provoca muchas veces que acaben colisionando o provocando un accidente. Según los datos oficiales del cuerpo de seguridad, en el último año (2015) se registraron en Vigo tan solo 103 siniestros causados por una velocidad inadecuada. Es un mínimo histórico. En cualquier caso, supone que todavía hay una media de ocho golpes al mes en los que el exceso de velocidad está detrás.
Si se toma como referencia la última década, los resultados son significativamente positivos. Y es que la cifra de siniestros se ha desplomado desde los casi 230 que se registraron en 2007, hasta los 103 del año pasado. En los años sucesivos se mantuvieron en el entorno de los 200. En 2011 se produjo la primera caída significativa, al cerrarse con 155. En los tres ejercicios siguientes continuaron cayendo a 149, 146 y 141 respectivamente.
El exceso de velocidad ha sido históricamente una de las principales causas de accidente en Vigo. Hace diez años ocupaba el tercer lugar junto con las distracciones y el alcohol. Este último factor, como adelantó este periódico, también se ha desplomado. En el caso de la velocidad, a día de hoy es ya la séptima causa de siniestros de tráfico. Está por debajo, en este orden, de las distracciones (985 golpes anuales); el mal uso de las glorietas (261); no respetar señales de ceda o stop (208); los cambios de carril inadecuados en tramo recto (164); no guardar la distancia de seguridad (133) y la embriaguez (114).
Evidentemente, no solo las medidas aplicadas por la Concejalía de Tráfico han contribuido a reducir los accidentes por exceso de velocidad. En este tiempo se ha puesto en marcha del carné por puntos, una medida que como ha evidenciado la propia Dirección General de Tráfico, también ha sido clave para reducir la siniestralidad. Con ello, la crisis económica también ha tenido mucho que ver, ya que las elevadas cuantías de las multas se tiene muy en cuenta a la hora de pisar el acelerador.
Pero lo cierto es que Vigo es una ciudad en la que los controles de velocidad están al orden del día, y no solo en el casco urbano. La Policía Local dispone de un coche camuflado y otros tres radares fijos que alterna por varias cabinas. El año pasado las activó además para que sancionaran también a los vehículos que van de frente hacia ellas, con lo que el control se multiplicó por dos, al igual sucedió con el número de multas.
Campaña de control
Curiosamente, el número de conductores que superan los límites de velocidad es muy reducido respecto a los miles de coches que se controlan. En una de las últimas campañas realizadas por la Policía Local con el radar camuflado se vigilaron casi 18.000 vehículos en diferentes calles de la ciudad. Ninguno, por supuesto, conocía la ubicación del radar. Pese a ello, solo fueron denunciados 287, lo que representa un 1,6%.
