La imagen que los vigueses tienen de su propia ciudad ha mejorado en los últimos cinco años. O al menos esa es la lectura que arrojan los últimos datos divulgados por el Instituto Galego de Estatística (IGE) sobre las condiciones de vida de las familias olívicas. Las tablas del observatorio autonómico revelan que desde 2010 se ha reducido en un 50% el número de hogares que aseguran tener quejas por la "presencia de basura" en su entorno. Si hace un lustro el IGE contabilizaba 14.900 familias que criticaban suciedad, a finales del año pasado eran apenas 7.400, el 6,6% de los cerca de 112.200 hogares que el observatorio gallego contabiliza en Vigo.

No es el único indicador positivo. El IGE aprecia también una caída de los domicilios con problemas de ruidos y de aquellos que aprecian "deficiencias de acceso" a sus casas y pisos -como escasa iluminación, aceras estrechas, falta de rampas para minusválidos...- A día de hoy reconocen tener alguna crítica de este tipo 5.200 hogares menos que en 2010. Con todo siguen siendo 34.100, casi un tercio de las viviendas de la ciudad. Caen también de forma muy señalada, en un 45%, las quejas por vandalismo y delincuencia.

Se mantiene no obstante la cantidad de domicilios que aseguran percibir "deficiencias en el transporte público" en su entorno -11.700- y repuntan en un millar las familias que percibe "insuficiencias" en sus servicios sanitarios de atención primaria, que sumaban en 2010 casi 7.800.

Las tablas del IGE aportan también un retrato de la economía de los vigueses y de la "carga" que suponen para ellos los costes de sus viviendas. Según revelan, los hogares de la ciudad parecen respirar hoy más aliviados que hace solo un lustro. En 2015 el número de familias que se veían asfixiadas para pagar sus viviendas -hipotecas y alquileres, electricidad, agua, gas, impuestos o seguros- se redujo un 21%. En 2010 reconocían que esas facturas eran una "carga pesada" para sus bolsillos 61.400 hogares, casi 13.000 más de los 48.500 que se identifican con ese perfil en la actualidad. De suponer el 57,4% del total de la urbe pasaron, en apenas cinco años, a ser el 43,2%.

Por el contrario, aumentan los vecinos de la ciudad que consideran que esas obligaciones tienen un impacto "razonable" o incluso "nulo" en sus economías. En 2010 conformaban este segundo colectivo 45.500 domicilios; hoy suman ya 63.700, casi el 57% de todas las viviendas de la ciudad. Durante ese período el IGE asegura que la ciudad ganó 5.300 hogares hasta rozar los 112.200.

Los datos del Instituto de Estatísticas son menos halagüeños en A Coruña. En 2010 el observatorio identificaba allí 56.100 domicilios que se reconocían agobiados por las facturas de gas, agua, tasas... Un lustro después eran ya 1.800 más y rozaban los 57.900. Se mantiene estable el número de de coruñeses que aseguran que esas obligaciones suponen un coste "razonable" y que representan el 44% de los viviendas. El caso de A Coruña es el más común entre las urbes gallegas. Además de Vigo, solo Lugo registró una evolución favorable, reduciendo en un 6,2% los hogares asfixiados.

Una explicación para la tendencia de Vigo es la reducción del impacto de las hipotecas. Hace cinco años el Instituto de Estatística anotaba en Vigo 25.200 viviendas en propiedad con hipoteca. Ahora son aproximadamente 2.600 menos. Aumentaron también los pisos libres de esa carga hasta sumar 58.500 y los alquilados, que se incrementaron en 3.400 desde 2010.

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