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Historia del transporte en Vigo

El nuevo paisaje del Vigo urbano

En 1911 se constituyó la Compañía Tranvías Eléctricos de Vigo que cambió la forma de moverse por la ciudad en solo tres años, y que desapareció en 1968

Tranvías y autobuses en la calle Urzáiz. // FdV

Favorecer la movilidad en la comarca de Vigo era uno de los grandes objetivos de varias personas. Se diseñaron y pensaron numerosos proyectos, pero ninguno de ellos llegó a establecerse de forma definitiva. La primera noticia sobre la implantación de un tranvía, o tren, fue del año 1883, cuando se intentó establecer una línea entre Vigo y Baiona. En 1891 se redactó un estudio para unir Guixar con Bouzas. Diez años más tarde, se quiso unir Vigo y A Ramallosa. Y en 1901 se desveló la posibilidad de establecer un transporte urbano en Vigo. La falta de liquidez económica frenaron todas estas iniciativas.

Fue en 1911 cuando un grupo de personas se reunió en la isla de Torralla tras la iniciativa que promovió Manuel Losada, un emigrante en Argentina natural de Nigrán. Allí se acordó la creación de la Compañía de Tranvías de Vigo, una entidad que se formó con un capital social de dos millones de pesetas. Este dinero fue recaudado en diversas fuentes, como el Banco de Vigo, y numerosos empresarios. También se recibieron aportaciones del extranjero. Martín Echegaray fue el primer presidente del Consejo de Administración de una empresa considerada histórica en Vigo y que en la actualidad todavía mantiene su nombre, aunque se dedica a otras actividades.

El Decano informó a lo largo del tiempo de todas las iniciativas que llevaba a cabo la empresa y también de los trabajos para la construcción del proyecto. En 1914 fue cuando circuló el primer tranvía por la ciudad. Un periodo de pruebas que se convirtió también un día de júbilo para los ciudadanos. Se llegaron a realizar fiestas en diversos lugares. Fue en el mes de agosto de ese año cuando se instauró el servicio regular.

El éxito fue enorme. Poco a poco se fueron ampliando los trazados y se incorporaron nuevas rutas. Se establecieron precios asequibles y bonos para la utilización de los tranvías incluso durante un año. En 1915 existían ya seis líneas: Pereiró-Plaza de Urzáiz, Bouzas-Estación, Caños- Porta do Sol, Ribera-Cabral, Pinacho-Cabral y Pinacho-Os Caños. Diez años más tarde la empresa realizó una profunda reorganización de las líneas tras una gran inversión económica y contando con el apoyo del ayuntamiento de la ciudad. Se incorporaban Bouzas y Chapela como destinos.

Mientras se realizaba la construcción del tren que unirá Vigo con Mondariz Balneario o los ramales al Val Miñor y Redondela, en Vigo se mantenía una fuerte apuesta por el tranvía. La empresa generaba importantes beneficios. En 1933 y disponía de 55 kilómetros de vías y tenía otros nueve en construcción. Contaba con 46 coches motores, 24 remolques, 20 vagones y un total de 340 trabajadores. Eran cifras espectaculares para la época. Algunos historiadores señalan que fue una de las mejores etapas.

La Compañía de Tranvías siguió durante varios años más su etapa de crecimiento. En 1943 presentó un proyecto para la construcción de un funicular que uniría el puerto con el monte del Castro. Según los responsables de la empresa, estaban dispuestos a invertir mucho dinero. A los muelles vigueses llegaban cientos de turistas en los numerosos grandes barcos que hacían escalas. La iniciativa no tuvo éxito y a pesar de redactarse el proyecto, nunca llegó a realizarse. Cinco años más tarde, la empresa decidió apostar por el deporte y patrocinó un equipo de baloncesto. Según las crónicas de la época, fue una de las primeras veces que un club tendría un patrocinador local. Su vinculación duró varios temporadas.

Los tranvías desaparecieron de la ciudad en 1968, al mismo tiempo que las conexiones con Baiona y Porriño. Fue una decisión que todavía hoy es controvertida.

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