Tras la primera sentencia del Supremo de mayo de 2013 sobre la cláusula suelo hubo resoluciones divergentes en juzgados y secciones de Audiencia. De ahí que el Alto Tribunal dictase un segundo fallo en marzo de 2015 para tratar de unificar de una vez por todas el criterio. Desde entonces la disparidad es menor, pero sigue existiendo. La Sección Sexta de la Audiencia viguesa, en la que recaen recursos de apelación, tuvo por ejemplo como postura inicial la de aplicar la retroactividad desde la fecha del contrato bancario. Pero lo cambió precisamente a raíz del segundo fallo del Supremo por razón de seguridad jurídica y para respetar la uniformidad que el máximo tribunal quería dar a una cuestión que sin embargo no está apaciguada.
Será el Tribunal de Justicia de la Unión Europea el que tendrá la última palabra. El 26 de abril celebrará una vista para decidir si los bancos deben o no devolver todo el dinero cobrado de más con este cláusula. La cuestión prejudicial la elevó un juez de Granada. La sentencia de Europa se conocerá previsiblemente en verano, previo pronunciamiento del abogado general.
