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Coral del Río "En el mundo universitario tampoco se valora igual el trabajo de las mujeres"

"Las bajas deben ser iguales para madres y padres, lo contrario fomenta que ellas dejen su trabajo"

Coral del Río, ayer, en Económicas

El Consello Municipal da Muller reconoce su compromiso con la igualdad durante casi dos décadas con el IV Premio Ernestina Otero, que le será concedido el día 11 dentro de los actos organizados por el Concello con motivo del Día Internacional de las Mujeres. La catedrática viguesa desarrolla sus estudios sobre desigualdad en el mercado laboral dentro del grupo EA7, uno de los equipos de referencia competitivos de la Xunta e integrante de la agrupación estratégica Ecobas.

-Su línea de investigación está vinculada a las desigualdades en el mercado laboral y la pobreza, ¿siempre estuvo la perspectiva de género entre sus intereses?

-Soy feminista desde muy pequeña (risas) y el interés siempre lo he tenido. Realicé mi tesis sobre desigualdad y pobreza y a partir de ahí fui profundizando en temas de género y mercado laboral. También he analizado las desigualdades por estatus migratorio en España o por cuestiones de raza en EE UU. Aunque en estos casos también cruzamos los resultados con la variable del género, por ejemplo, para conocer la situación de las afroamericanas frente a las mujeres blancas.

-La variable "ser mujer " sigue teniendo mucho peso la hora de estudiar la pobreza o el mercado laboral.

-Hombres y mujeres ocupamos puestos distintos en la sociedad y en el mercado laboral y cualquier estudio que quiera explicar lo que está pasando no tiene más remedio que atender a esta realidad.

-En 2008 presentó un estudio con Carlos Gradín que reflejaba una brecha salarial de casi el 25% y ratificaba la existencia de techos de cristal. Ha seguido haciendo informes desde entonces, ¿hemos mejorado?

-Nos está golpeando una crisis brutal y están pasando muchas cosas que nos pueden despistar. Todos los grupos se han visto afectados pero en el primer momento el paro golpeó con más fuerza a sectores muy masculinizados como la construcción y ciertas industrias. La tasa de desempleo aumentó mucho entre los hombres y se redujo el gap respecto a las mujeres. Pero fue un espejismo. Los recortes en el gasto y en el empleo público han afectado más a las mujeres y ahora sus tasas de paro vuelven a ser mayores. No hemos mejorado, al contrario, todos y todas estamos peor.

-Una de las demandas pendientes es la conciliación. Usted aboga por permisos iguales para padres y madres.

-No nos hacen mucho caso. El preacuerdo de PSOE y Ciudadanos va en la dirección contraria. Lo que necesitamos es que todas las personas puedan conciliar su vida profesional y personal y que haya una corresponsabilidad en el hogar. Si se diseña un sistema de baja solo para las madres o claramente inferior para los padres al final se fomenta que las mujeres con niños abandonen el mercado laboral. Y esto es una trampa porque cada vez más las reformas se hacen en el sentido de relacionar los derechos con el tiempo que se ha trabajado. Ellas acaban teniendo que elegir entre una cosa u otra y las empresas diferencian entre hombres y mujeres porque piensan cuántas veces van a pedir ellas una baja. Pero los niños son un activo para toda la sociedad. Y luego también está el problema de la discriminación salarial, que hace que las mujeres con hogares monoparentales a su cargo tengan niveles de pobreza elevadísimos.

-PSOE y Ciudadanos han vendido ese acuerdo como progresista.

-Lo progresista es que hombres y mujeres tengan los mismos derechos y deberes. El problema es que las sinergias son tremendas y es difícil vencerlas. Cuando hablo de este tema con mis alumnos ellos dicen que la madre es la que tiene que parir. Y es así, por supuesto que las primeras semanas deben ser para que ella se recupere pero a partir de ahí los padres tiene que corresponsabilizarse, como derecho y como deber.

-¿Cómo han evolucionado sus alumnos en cuestiones de género?

-Mi intuición es que la crisis ha despertado a los alumnos del letargo, los veo más participativos y, en temas de género, algo mejor. Pero lo que cuentan los profesores de Secundaria y Primaria da un poco de miedo porque se ha retrocedido y hay problemas serios de repunte de machismo y control sobre las chicas. No veo esto en la universidad pero temo que lo veré. La construcción de las feminidades y masculinidades en los primeros niveles exige muchos recursos y está abandonada no por desidia del profesorado sino porque no hay programas ni dirección. Y lo mismo ocurre con la lucha contra los malos tratos. Es un horror que haya un caso cada dos días.

-El ámbito académico es uno de los más igualitarios, pero sigue habiendo menos catedráticas y apenas una decena de rectoras.

-La situación es mejor que en el ámbito privado, pero las desigualdades no se arreglan dejando pasar el tiempo. Sigue habiendo un 15% de catedráticas a pesar de que las mujeres son mayoría en las aulas desde hace muchos años. En la universidad tampoco se valora en igual medida el trabajo de las mujeres ni tampoco los estudios feministas que ponen de manifiesto estos aspectos desde la economía, la filosofía o la filología.

-Vigo ha dado pasos como la creación de la Unidad de Igualdad, de la que usted fue su primera directora, pero solo tiene 2 honoris causa mujeres entre 25.

-Se dan pasos y en la Universidad de Vigo hay hombres y mujeres comprometidos con la igualdad y los estudios feministas y de género, pero es un síntoma de que efectivamente no es una burbuja. Los prejuicios están en todas las universidades. Es cierto que hay entornos más duros, pero igualmente hay situaciones que no deberían producirse.

-¿Qué opina del caso del funcionario que envío correos sexistas?

-La imagen que ha proyectado es horrorosa y obviamente daña a la Universidad. No se puede utilizar un canal público para vomitar todas esas barbaridades. Pero lo más triste es que hay gente dentro de la institución a la que no le parece tan grave. Demuestra que los insultos y el menospreciar a la mujer pueden salir bastante barato.

-¿Cree que la Universidad debió ser más contundente?

-Soy miembro de la Comisión de Igualdade y personalmente considero que no estábamos preparados para algo así y asumo mi parte de responsabilidad. En 25 años yo no había visto algo semejante y lo que debemos aprender de esto es que no puede volver a pasar. Tenemos que aprender a defendernos de estos ataques y determinar hasta dónde llega la libertad de expresión en la que se amparan. Lo importante es que una mayoría silenciosa estaba horrorizada.

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