Caídas de muros en Ramil, Bembrive y Severino Cobas, carreteras inundadas en Valladares, pisos anegados en Camiño da Veiga o importantes retrasos en vías ferroviarias.

Estos fueron solo algunos ejemplos del temporal que asoló Vigo durante la última semana. Tan espectaculares fueron los daños como las precipitaciones caídas. La ciudad olívica registró en este tiempo 343,3 litros por metro cuadrado, lo que, según datos del Ministerio Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, la convierte en la máxima de toda la península.

El día en el que se recogió mayor número de litros por metro cuadrado fue el viernes 12, llegando a 65 l/m2, un valor que triplica al resto de días de la semana.

Estas fortísimas precipitaciones han permitido que los embalses de la costa gallega sean los más próximos al máximo de su capacidad, situándose en el 93%, con 582 hectómetros cúbicos.

El cielo también vivió los coletazos de la lluvia y del temporal obligando a desviar varios vuelos durante el fin de semana con destino Peinador.

El tráfico, tanto por carretera como en vías ferroviarias, también sufrió las consecuencias de las intensas lluvias. Un tramo en la línea Madrid-Vigo permaneció cortado durante el fin de semana y múltiples trenes tuvieron que ser desviados por otras rutas e incluso se vieron obligados a trasladar a los viajeros por medio de autobuses a las diferentes estaciones de Urzáiz y Guixar.

La AP-9 y el Corredor do Morrazo sentido Vigo fueron cortados momentáneamente durante estos pasados días. Un tramo de 60 metros en Severino Cobas todavía permanece cerrado al tráfico por la caída de un muro.

El sol regresó tras siete días

A pesar de estas continuadas inclemencias meteorológicas, ayer no fue necesario sacar el paraguas de casa. El sol volvió a hacer acto de presencia y acompañó durante toda la jornada dejando los termómetros con máximas de 12 grados. A pesar del optimismo que nos regaló el día de ayer, hoy el paraguas volverá a convertirse en un complemento indispensable, ya que las precipitaciones regresarán a la ciudad olívica, aunque no con tanta fuerza como las vividas siete días atrás.