Durante el entroido, cualquier actividad es válida mientras uno vaya disfrazado. El baile y la troula permiten bajar la gran ingesta de orejas y flores de carnaval en estos días pero por si esto no fuera suficiente, siempre nos quedan las carreras populares.

Príncipe, García Barbón o Pi y Margall, entre otras, se convirtieron en pistas improvisadas de atletismo donde más de 700 corredores desafiaron al mal tiempo y a la lluvia y salieron a lucir sus disfraces y demostrar, en el caso de algunos, su buen estado de forma.

Los más pequeños fueron protagonistas de las primeras carreras del día. Su trazado se extendía por la peatonal de Príncipe y fueron en varios turnos, alevines, benjamines e infantiles.

Si entre los mayores hubo reticencias a la hora de disfrazarse, en los niños todo lo contrario. Spidermans, Iromans, piratas, bomberos o toreros fueron alguno de los trajes que lucieron los pequeños atletas durante sus pruebas. Los más orgullosos, sin duda los padres, quienes esperaban en la meta con la chaqueta y una gran felicitación preparada. La atleta viguesa Sara Comesaña, ayer convertida en bebé, fue la encargada de dirigir las carreras infantiles. A su término todos recibieron una medalla por su participación.

En el turno de los mayores, la deportividad y la juerga fueron protagonistas a partes iguales. Aunque muchos de los participantes eran atletas de renombre en la ciudad como Esther Navarrete, José Bastos o Lolo Penas, la gran mayoría eran grupos de amigos que buscaban demostrar que el suyo era el disfraz más divertido y original de los ciento que se presentaron.

Una horda de zombies, policías y ladrones, dos muñeiras y varios animales marinos fueron los disfraces más aplaudidos por el público que presenció desde la barrera la prueba, que se dividió en dos, una de cinco y otra de diez kilómetros.

El podio de este último tramo lo componen Lolo Penas, Juan Cánovas y Víctor Riobo y en mujeres, Esther Navarrete, Sandra Mosquera y María Ferreiro.

Quienes también estuvieron presentes durante el recorrido fueron los ya populares merdeiros. Colocados en Porta do Sol, animaron a su particular manera a los corredores a su paso. Por la tarde la lluvia dio una tregua y los disfraces volvieron a poblar el centro de la ciudad, donde se celebró una chocolatada infantil.

Los niños siguen siendo protagonistas en la jornada de hoy con su concurso de disfraces que se celebra en el Concello a las 18.00 horas.