La peligrosa e inconsciente moda de algunos graciosillos que encuentran un motivo de diversión en cegar a los pilotos de avión con punteros láser cuando están aterrizando y cuyos primeros casos se están ya investigando en Peinador, se están produciendo con mayor intensidad en la terminal vecina de Oporto. Según publica el Jornal de Noticias luso, hasta 106 comandantes fueron "atacados" en 2015 cuando se disponían a tomar tierra en la pista portuense. En Vigo se registraron tres casos.
Según la citada información, y en base a los datos del Gabinete de Prevención e Investigación de Accidentes Aéreos, Sá Carneiro es la terminal de Portugal que más está sufriendo las consecuencias de estas peligrosas bromas que han obligado en más de una ocasión a abortar o variar la maniobra de aterrizaje a los pilotos y que se producen principalmente los viernes y sábados por la noche. Frente a los 106 casos de Oporto en 2015, en Lisboa se contabilizaron 105; en Faro, 41; en Madeira, 17; y en Azores, 5. Pero en Portugal esta moda viene de atrás, ya que las terminales lusas suman casi un millar de "ataques" desde 2010.
Al igual que ocurrió en Vigo con los últimos tres casos registrados contra aeronaves que se dirigían a Peinador, los autores quedan impunes ante la imposibilidad de identificarlos. Sindicatos y pilotos denuncian además la facilidad de adquirir a precio de ganga dispositivos de 500 milivatios que llegan a proyectar luz a varios kilómetros de distancia. De hecho, uno de los aviones que lo sufrío en Vigo no lo hizo ni siquiera en su fase de aterrizaje, sino antes, cuando el avión estaba a unos 1.000 metros de altura y a 20 kilómetros de Peinador.
Según el relato de pilotos que lo han sufrido, el deslumbramiento que producen en la cabina estos láser que les ciegan se asemeja al encendido repentino de potentes focos e una habitación a oscuras.
