La falta de espacio en su sede provisional en el bajo del número 7 de la calle Reconquista ha obligado al Círculo Mercantil a desprenderse, temporalmente, de algunos de sus bienes culturales más valiosos. Cuadros de reconocidos pintores como Urbano Lugrís, Xosé Lodeiro o Pedro Solveira, fotografías de Pacheco u objetos conmemorativos de la institución que hasta su venta al Real Club Celta lucían en las paredes del edificio de Príncipe figuran entre las 11 obras de interés histórico-artístico cedidas al Concello. Tras su aprobación esta semana de la cesión por parte de la junta de gobierno local, los técnicos de la Concejalía de Cultura analizan ahora posibles emplazamientos municipales donde exponer las obras, pero entre ellos ya se da por seguro el Museo Quiñones de León.
La pertenencia al Mercantil de cada uno de los fondos que entrega ahora al Concello para "su guardia y custodia" figura acreditada por el notario Fernando Olmedo Castañeda. En las fichas descriptivas de las obras, además de su autor y las características principales como las dimensiones y su estado de conservación, se incluye un precio de tasación. Siguiendo este peritaje, las once obras suman un valor que ronda los 50.000 euros.
El plazo de cesión es de cinco años desde la firma del contrato aunque prorrogable de forma automática por periodos anuales. Pero los planes del Mercantil no contemplan la posibilidad de prorrogar la cesión sino recuperar los fondos antes incluso de que venza el quinquenio. "Tan pronto tengamos una sede definitiva que reúna las condiciones que merecen las obras pediremos su devolución", precisa Roberto Campo, gerente del Mercantil. De hecho, el acuerdo alcanzado con el Concello estipula que "durante cualquier momento de la vigencia del contrato, el cedente podrá solicitar la devolución de todas o parte de las obras pictóricas". Solo debe comunicarlo con seis mes de antelación.
En el resto de las cláusulas del citado contrato no aparece ninguna otra condición especial más allá de la obligatoriedad de que las obras sean expuestas dentro de la ciudad de Vigo así como que el Concello corra con todos los gastos derivados de la retirada y transporte de los bienes, en la actualidad, almacenados en un local de la calle Marqués de Valladares.
El informe de José Ballesta de Diego, director del museo Quiñones de León, fue determinante para que el Concello se hiciese con las obras del Mercantil, una iniciativa que surgió de la propia directiva del Círculo. Según consta en el acta de la junta de gobierno del 21 de diciembre donde se aprobó la propuesta del contrato de cesión, Ballesta informa a favor "visto el interés histórico-artístico de las obras en cesión y considerando la necesaria colaboración que el Concello de Vigo debe prestar en toda actuación dirigida a la protección del patrimonio cultural de importancia para la ciudad".
El museo de Castrelos será la dependencia municipal adonde se lleven las obras del Mercantil pero no significa que todas vayan a incorporarse a la colección que se muestra al público. Los técnicos de Cultura se decantan por almacenar aquellas de "especial significación" para los socios de la institución pero irrelevantes para el gran público. Por ejemplo, el pergamino de celebración de la inauguración de la sede del Círculo Mercantil en la calle Príncipe en el año 1927 por el Rey Alfonso XII -valorado en 10.000 euros- o la fotografía de Pacheco de los socios fundadores del Círculo Mercantil. Tampoco el Quiñones del León será la única sala municipal donde podrán apreciar estos lienzos. "Alguna de estas obras, aún no está decidido, se incorporarán a exposiciones del Concello", matizan fuentes municipales.
Campo: "Era la mejor forma de conservarlos y de que se expongan"
- La directiva del Círculo Mercantil de Vigo subraya que la decisión de ceder al Concello lo "más significativo" de sus fondos culturales es la "mejor forma de garantizar su conservación y su exposición al público". Para tranquilizar a los socios, su gerente Roberto Campo insiste en que la cesión es gratuita y solo tiene como objeto salvaguardar el legado mientras no se muden a una sede definitiva.La ubicación actual en el número 7 de la calle Reconquista, estrenada el pasado verano, carece de espacio para exponer las obras e incluso para almacenarlas. Los socios del Mercantil las conocen bien porque todas ellas estaban a la vista de cualquiera, distribuidas en los diferentes espacios de la antigua sede del número 44 de la calle Príncipe.Los esfuerzos de la directiva se centran ahora en la búsqueda de una nueva ubicación. Campo reconoce la dificultad de localizar un espacio "céntrico y a buen precio". Y eso que ni mucho menos aspiran a un inmueble de una categoría y tamaño comparable al adquirido el 21 de mayo de 1922 y vendido recientemente al Celta. Respecto a si se han producido avances en estas gestiones, el gerente opta por la discreción: "Estas cuestiones hay que llevarlas con sigilo". Sólo confirma que siguen manteniéndose reuniones pero sin deparar resultados concretos. La directiva se marca cuatro años como plazo límite para inaugurar nuevo local.
