La subvención del Concello a los pasajeros del transporte público no deja de crecer año a año. En la última década se ha triplicado la cantidad que sale de las arcas municipales para que los usuarios de Vitrasa puedan beneficiarse de descuentos, en algunos casos del 100% del billete como ocurre con el colectivo de pensionistas. Mientras en 2004 la administración aportaba 4,5 millones de euros, este año la cifra es de 12, y el presupuesto de 2016 reserva una partida de 12,3.

La concesionaria del transporte registra en torno a veinte millones de desplazamientos anuales, más del 60% de ellos con algún bono. El descuento con el normal, del que pueden beneficiarse todos los vigueses, es en 2015 de 46 céntimos, para los estudiantes de 49, los universitarios 47, los usuarios del social 66 y los pensionistas de 1,32 euros, el precio íntegro del billete.

El primer salto en la aportación municipal se produjo con Corina Porro en la Alcaldía al pasar a exención el descuento del 50% para los pensionistas de ingresos más bajos, y ampliarse después la gratuidad a jubilados con rentas mayores. En 2009 el gobierno de Caballero implantó la tarifa social, lo que aumentó los beneficiarios. El alcalde ha congelado todos los bonos desde 2012 mientras el billete ordinario subió 8 céntimos en 2014, con lo que el descuento que paga el Concello se ha elevado considerablemente.