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Fue noticia en 1921

El aeroplano Vigo

La aportación de particulares y empresas permitieron al Gobierno adquirir un aparato para combatir en África

Imagen de un aeroplano idéntico al que llevó el nombre de Vigo. // FdV

Era 1921 cuando España mantenía una dura guerra en Marruecos. Las crónicas de la época reflejan la dureza de los combates y también las numerosas bajas en el bando nacional. Desde el puerto de Vigo partían casi todos los meses los soldados del Regimiento Murcia. La sociedad española quería darle un vuelco a la situación, pero el Gobierno carecía de recursos económicos.

Fue así como nació el plan de realizar recaudaciones voluntarias. Aparecieron iniciativas en varias ciudades españolas. Vigo fue la única gallega que se movilizó. Dos socios del Casino la lideraron y tuvieron un enorme éxito. En poco más de un mes lograron reunir 42.000 pesetas, más de la cantidad necesaria para comprar el aparato. El Ministerio de la Guerra ya tenía otros cinco en uso. Salamanca, Murcia, Cartagena y Zaragoza llevan sus nombres.

A comienzos del mes de octubre se comunicó al Ayuntamiento de Vigo la adquisición del aeroplano. Era inglés y poseía un motor Rolls Royce, uno de los más modernos de la época. Llevaba como nombre DH 4 Havilland. Llegó al aeródromo de Cuatro Vientos y en ese escenario se programó la entrega oficial al Ministerio de la Guerra. Al acto acudieron varios ministros y también una gran representación de la sociedad viguesa. Entre los asistentes también se encontraba Ceferino Maestu, el alcalde de la ciudad.

El Vigo inició muy pronto su misión. Su destino fue Melilla. Pero antes de llegar se encontró con un contratiempo en forma de avería y debió realizar un aterrizaje de emergencia en Ronda (Málaga). El piloto fue Eduardo González, un riojano que ya poseía una amplia trayectoria en el mundo de la aviación. El aparato cumplió su misión en Marruecos junto a otros muchos que se fueron incorporando con el paso del tiempo. Según las estadísticas, 35 de ellos fueron derribados. Es posible que el Vigo fuera uno de ellos. Su vida útil fue de poco más de un año.

Eduardo González estuvo ligado después a Vigo por varios motivos. Compartió experiencias con Joaquín Lóriga. Ellos fueron, junto a otros pilotos, los que realizaron la heroica y recordada gesta de viajar desde Madrid a Manila por primera vez. Tardaron 39 días, según recogen las crónicas de la época. Eduardo González fue nombrado en 1945 Ministro del Aire. Pocos años después, fue uno de los impulsores para el desarrollo y construcción del aeropuerto de Peinador. Y presidió su inauguración.

La guerra en África afectó especialmente a Vigo en aquellos años. El puerto se había convertido en el lugar de salida de los soldados pertenecientes al Regimiento Murcia. Numerosas instalaciones en el puerto habían sido acondicionadas por este motivo. Y también algunos lugares en la ciudad. Se recaudaba dinero, como en el caso del aeroplano, que dejó casi ocho mil pesetas que fueron destinadas a la Junta de Madres de Soldados para enviarles ropa y comida al frente.

En el mes de agosto de 1921 se organizó una gran comida en lo que hoy es la Plaza do Rei. Allí se reunieron más de 15.000 personas para despedir a los 1.200 soldados que después embarcarían con destino a la guerra. En el barco se llevaron 4.000 latas de conservas y 1.000 botellas de agua de Mondariz. Todo fue donado por empresas y particulares.

Pero además de puerto de salida, también lo era de llegada. La ciudad acogía a los heridos. Se movilizó la sociedad y también numerosos colectivos. La Escuela Nocturna Obrera tenía unas instalaciones cerca del puerto y se ofreció a las autoridades para habilitarlas como hospital.

Manuel Otero, presidente del Casino de Vigo, también puso a disposición del ejército sus locales para todo aquello que era necesario. Cada mes llegaban a la ciudad cientos de heridos, por lo que el trabajo de muchas personas era intenso. Los soldados que se enviaban al frente llegaban en tren procedentes de Pontevedra. Las familias de los mismos eran acogidas por otras en la ciudad durante algunos días, lo que era también una muestra de solidaridad que se mantuvo vigente durante varios años.

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