La joyería Pato, situada en la parte alta del mercado, arroja el último y mejor ejemplo del drama que vive A Pedra tras más de ocho meses con 40 de sus puestos cerrados. Su gerente, Carlos Pato, avanza que tras cerca de medio siglo de actividad en el recinto, el negocio cerrará a finales de este mes para trasladar toda su mercancía y trabajo a los otros dos establecimientos que posee en la ciudad: el situado en Porta do Sol y el de Praza da Pedra. "El motivo es la caída de clientes. Nosotros tenemos nuestro público, pero los excursionistas ven cerrado el mercado y se marchan", lamenta Carlos, quien no renuncia sin embargo a volver al mercado si al final consiguen reabrir el resto de puestos.
La situación de la joyería Pato no es excepcional. El cierre por orden judicial del 85% de los puestos del mercado desde hace más de ocho meses ha asestado un severo mazazo a muchos de los negocios del entorno. Bazares, ultramarinos, cafeterías o bares del barrio explican que la afluencia de clientes se ha reducido desde el pasado octubre, cuando la policía tomó A Pedra en el marco de la macrorredada de la "Operación Cuarzo" contra la venta de marcas falsificadas. La presidenta de la asociación de comerciantes y hosteleros del Casco Vello, Itos Domínguez, confirma la pérdida de actividad: "Ha bajado el número de clientes; A Pedra atraía turismo y también a mucha gente que veía aquí a comprar".
Carlos Pato insiste no obstante en que el mercado continúa teniendo locales abiertos, que siguen intentado capear la situación mientras no retoman su actividad los 40 puestos. Hoy mismo los comerciantes afectados volverán a concentrarse -como cada viernes, desde hace meses- ante los juzgados para reclamar la reapertura de sus establecimientos.
