La penúltima escala de la historia del "Independence of the Seas" en Vigo dejó una estampa única e inolvidable. Uno de los cruceristas que desembarcó ayer del majestuoso crucero de la naviera Royal Caribbean fue el prestigioso científico británico Stephen Hawking, sorprendiendo y dejando estupefactos a todas las personas que se cruzaban en su camino, que no podían creer que estaba contemplando a unos pocos metros a uno de los hombres más inteligentes y reconocidos del planeta.

Su escala en Vigo se explica por que el astrofísico acudió hace unos días a las Islas Canarias para participar en Tenerife en el Festival Internacional de Astronomía Starmus. El británico aprovecha el viaje del Independence of the Seas para regresar a casa, ya que el crucero concluye su travesía en Southampton.

Hawking y su equipo se mostraron en todo momento amables y atentos con los vigueses que solicitaban una fotografía o les detenían el paso. Acompañado por sus cinco colaboradores en su reconocible silla de ruedas, que controla mediante un ordenador a través de movimientos de cabeza y ojos, el inglés dio un paseo por el entorno de A Laxe antes de dirigirse hacia el Casco Vello, concretamente a la zona de A Pedra, donde decidió detenerse para disfrutar de la gastronomía gallega en una terraza, aprovechando la tregua que la lluvia concedió en la jornada de ayer.

El británico subió por la rúa Mestre Mateo desde Cánovas del Castillo y eligió para comer el restaurante "La Espuela". Su dueño, Víctor Cuña, y los trabajadores del establecimiento no podían creerse lo que estaba sucediendo. Mientras tanto, la expectación crecía y decenas de personas, tanto turistas, como vigueses o dueños de los negocios de la zona se acercaban hasta la mesa de la terraza donde se acomodó Hawking con todos sus colaboradores para tratar de verlo de cerca o inmortalizarlo con sus teléfonos móviles.

"Hubo mucho revuelo, se volvió todo un poco loco", explicaba después Cuña, que considera "un orgullo tener en su restaurante a la persona más inteligente del mundo". Ante tal despliegue, el equipo del científico pidió algo de espacio para comer con tranquilidad, lo que fue respetado por todos. De esta forma, pudieron disfrutar de uno de los platos típicos de la zona como son las ostras, así como de mejillones o jamón, culminando la comida con otra especialidad de la casa, un rape cocinado con setas, acompañado por un zumo de piña.

"Su médico nos dijo que quedó muy contento, que estaba todo exquisito y que tenía mucho arte abriendo ostras", presumió el dueño de "La Espuela", que antes de que Hawking pusiese rumbo al barco pudo, en solitario y con todos sus trabajadores, sacarse varias fotografías con él. La expedición dijo adiós a la ciudad a las cuatro de la tarde a bordo del buque, que traía a bordo 3.800 pasajeros británicos y 1.350 tripulantes.

La agitación en la Estación Marítima continuará hoy, al llegar el Oceana, procedente de Oporto, con una capacidad para más de 2.500 personas. En total, en todo el fin de semana serán unos 7.500 pasajeros los que habrán desembarcado en la ciudad olívica, que ayer presumió de un turista muy especial.