La cruz de O Castro no es un símbolo franquista, sino una "cruz latina" que se constituye por tanto como un "símbolo religioso" y que además está "socialmente aceptado". Éste es uno de los principales argumentos que incluirá el Concello en el recurso contra la sentencia del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 2 de Vigo que le condena a retirar "de forma inmediata" el monumento. Los servicios jurídicos del Ayuntamiento ultiman la apelación, en la que, además de citar ejemplos de Pontevedra y Córdoba para defender el mantenimiento de esta estructura, también se alegará que la propia resolución judicial alude a la existencia de "dudas" en la catalogación de monumento del Régimen de Franco.

Esta próxima semana concluye el plazo de 15 días hábiles que tiene el Ayuntamiento para apelar el fallo ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG). Y en ese recurso que se interpondrá en los próximos días el Concello, entre otros fundamentos, incidirá en una de las excepciones que contempla la Ley de la Memoria Histórica de 2007 para conservar vestigios de exaltación del régimen franquista: la concurrencia de razón religiosa. El juez de lo Contencioso, que estimó el recurso de la Asociación Viguesa pola Memoria Histórica do 36, concluyó que no cabe este supuesto, argumentando que la cruz "sólo tuvo y sigue teniendo simbología fascista" y que, por tanto, su "origen político" perdura.

Pero el Concello, según fuentes conocedoras del recurso, considera que lo que hay en O Castro es una "cruz latina", y como tal se trata de un símbolo "religioso" y "socialmente aceptado". Al respecto, defenderá que los símbolos religiosos no son insignias de regímenes totalitarios, por más que éstos -como considera que ha ocurrido en este caso cuando se erigió el monumento- intenten su apropiación.

En esta misma línea otro argumento que se esgrimirá es que en la propia sentencia de primera instancia se alude a la existencia de "dudas" en la catalogación de monumento del Régimen. Y que el propio perito -cuyo informe resultó crucial de cara a la decisión del magistrado de ordenar demoler la estructura- usa la denominación cruz de O Castro, "nombre ciudadano y popular". El Ayuntamiento ahondará en que comparte el ánimo de la asociación recurrente de eliminar la simbología fascista e incidirá en que de hecho esa labor ya se ha ejecutado en la ciudad, argumentando que Vigo es un "ejemplo" en el "respeto" a la Memoria Histórica. Pero en este caso concreto, se estima que lo que se quiera retirar es solo una cruz. "Y eso, como símbolo religioso, no lo compartimos", aseguran fuentes municipales.

El gobierno local utilizará al menos dos ejemplos referentes a otras ciudades para defender que se conserve el monumento de O Castro. Uno se refiere a la Cruz de los Caídos de Córdoba, que sigue en pie en una de las principales avenidas de esa urbe. En este caso, se procedió a la retirada del águila preconstitucional y de una inscripción con números romanos de los años de la Guerra Civil (1936-1939). Tras ello, la comisión técnica de expertos de la Ley de la Memoria Histórica acordó que el monolito, por carecer de simbología o mención alguna al franquismo, podía seguir en pie. En el recurso se citará asimismo un caso de Pontevedra, en el que, en la época de José Rivas Fontán en la Alcaldía, se sustituyó la Cruz de los Caídos por lo que pasó a denominarse Monumento al Soldado. El Concello vigués sostendrá que se reemplazó una cruz sobre la anterior, con simbología identificable con el régimen anterior, y no se derribó.

Acuerdo plenario

En los fundamentos de cara a la revisión de la sentencia por parte del TSXG, el gobierno municipal hará hincapié también en el acuerdo plenario de 1981, con Manoel Soto como regidor vigués, por el que la Corporación decidió de forma unánime retirar los símbolos franquistas de la cruz de O Castro, como el escudo preconstitucional, el yugo y las flechas, la dedicatoria a los caídos... Al respecto, se argumentará que desde entonces solo quedó "una cruz" que pasó a convertirse en un monumento en memoria de todos los fallecidos de la guerra, como se reflejó en una placa, y que se constituyó como símbolo de la "reconciliación". Se añadirá asimismo, confirman las fuentes consultadas, que desde entonces hubo en el gobierno local alcaldes de PSOE, PP y BNG sin que nadie se "plantease" ni tomase la decisión de derribarla. "Y son alcaldes de todas las tendencias políticas con presencia significativa en Galicia", señalan.

Otro de los apartados de la apelación incidirá en las actuaciones llevadas a cabo en la ciudad para retirar la simbología franquista. Concretamente se expondrá que desde que se aprobó la ley de 2007, ya con Abel Caballero en la Alcaldía, se eliminaron símbolos de ocho iglesias, así como en Casa das Artes y otros edificios. También se destacarán actuaciones como la inauguración del Jardín de la Memoria Histórica en Pereiró o la celebración los 27 de agosto de un acto especial en memoria a los alcaldes asesinados.

El recurso será interpuesto esta próxima semana. La presentación del mismo deberá realizarse ante el propio juzgado vigués, que lo elevará a la Sala de lo Contencioso-Administrativo del TSXG.