El instituto de Coruxo está ubicado en una calle estrecha y junto a otro colegio. De sus 466 estudiantes, el 90% llega en autobús o automóvil. Con estas premisas, el resultado no puede ser otro que habituales colapsos de tráfico a la entrada y la salida. Durante el curso que finaliza, el centro ha puesto en marcha un proyecto piloto para potenciar que sus alumnos acudan a clase a pie por rutas seguras. No solo persiguen una menor dependencia de los vehículos, sino también el fomento de una vida saludable y de la autonomía de los jóvenes

La iniciativa está impulsada por la consultora i-Cite y basada en el proyecto "Camino Escolar" que apoya el Ministerio de Fomento. En su diseño se ha implicado toda la comunidad educativa -dirección, docentes, alumnos y Anpa del instituto y de los otros tres colegios cercanos-, así como la asociación de vecinos y la ciclista. El objetivo fijado es que, en un plazo de entre 3 y 5 años, los estudiantes que residen en un radio de 2 kilómetros acudan a clase a pie y solos. En la actualidad, representan el 45% del alumnado (unos 200), pero se prevé que la concentración en la zona aumente con los años.

La primera fase del proyecto -que se desarrolló a lo largo de este curso- es un análisis de la situación. En la "araña de movilidad" dibujada por los chicos, se distinguen tres zonas principales desde las que se desplazan. Los de San Paio de Navia y el polígono de O Caramuxo caminan por la avenida de Ricardo Mella, con una alta densidad de tráfico. Los de Fragoselo, en vez de usar la carretera de O Vao, recortan 500 metros por las callejuelas. Los de los aledaños tampoco utilizan vías principales. Son caminos "muy deficitarios" ya que, al estar en la periferia, las aceras son estrechas y escasas y los cruces tienen poca visibilidad.

Necesitan la implicación de la Administración para convertir las rutas en seguras. El martes se reúnen con el Concello y han solicitado encuentros con la Consellería de Educación y la delegación de Territorio. "Hay varias alternativas y no siempre la más cara es la mejor; en vez de crear aceras, se pueden pintar cebreados", explica Rocío Plasencia, arquitecta de i-Cite. La mayor inversión sería la instalación de un paso de peatones regido por un semáforo con pulsador en la avenida de Ricardo Mella, a la altura del vial del instituto, donde los alumnos ya cruzan ahora acortar 800 metros el camino. También proponen crear un atajo por el área verde que se habilitará en el espacio de la vieja depuradora y que el horario del transporte público se coordine con el del instituto. De las mejoras no solo se van a beneficiar el instituto, sino también los cerca de 1.500 alumnos de los tres colegios del entorno -Carrasqueira, Paz Tintureira y Divino Salvador- y la zona en su conjunto.

Pero la seguridad no es el único problema. A los alumnos les aburre caminar, tampoco les gusta la bici y su medio de transporte preferido es el autobús, según la encuesta efectuada al 25% de los matriculados. Así que, buena parte del trabajo consistirá en sensibilizarlos. Plantean hacerlo con actividades como una caminata o un concurso de cortos.