"Pasado todo este tiempo puedo decir que mis sentimientos hacia que ahora me den el premio prácticamente no existen. El premio extraordinario no te reporta suculentos beneficios económicos; es un papel que dice que un año has sido el mejor, por una labor realizada durante cuatro, cinco o seis años pero el valor del mismo es puro reconocimiento", expresa Astray, quien apunta "para que mamá y papá se sientan orgullosos, como quien dice; transcurrido este tiempo, mamá ya no podrá disfrutar de un acto de entrega, aunque no descarto que al volver a España haya una nueva convocatoria de entrega de premios". Comenta Astray que el tema "podría haberse evitado con una simple conversación, sin malgastar horas de trabajo y recursos económicos de la universidad". Ahora disfruta de una beca postdoctoral de la Consellería de Educación, con una estancia de 24 meses en la Ohio University y en el Instituto de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Baja California. "Estamos intentando implementar modelos para la determinación de zonas geométricas de interés especial", explica.