La incógnita se mantuvo hasta el último minuto. El chaparrón que cayó sobre el centro de Vigo sobre las once y media de la mañana obligó a la Junta Coordinadora de la Semana Santa a cubrir la imagen de La Borriquilla con un inmenso plástico mientras el obispo, Luis Quinteiro Fiuza, oficiaba misa en la iglesia de María Auxiliadora. Pocos fieles acudieron al inicio de la procesión temiendo que pudiera suspenderse por la lluvia, pero el cielo vigués tenía reservada "una gran sorpresa", en palabras del prelado de la Diócesis de Tui-Vigo, que agradeció la inesperada aparición del sol que permitió completar el recorrido de la procesión que inaugura la Semana Santa en la ciudad desde Ronda don Bosco hasta García Barbón.

Pese a que había menos público que en años anteriores, miles de personas acompañaron el Domingo de Ramos a la imagen que más cariño despierta entre los vigueses junto al Cristo de la Victoria para rememorar la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. "Hoy es un día grande para la Iglesia porque los niños acompañan a Jesús", agradeció el obispo durante el multitudinario acto de bendición de los ramos en Porta do Sol.

La Borriquilla salió a las doce y cinco minutos de María Auxiliadora mientras sonaban los compases del himno gallego interpretado por la Unión Musical de Valladares y arropada por la Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Silencio, Virgen de la Amargura y Cristo de la Fe, además de una comitiva oficial que encabezaba el subdelegado del Gobierno, Antonio Coello, y ediles del PP local. También el alcalde se sumó a la procesión de forma discreta a mitad del trayecto.

El grupo tardó casi una hora en llegar desde María Auxiliadora a Porta do Sol, donde estaba instalado un palco para que Luis Quinteiro bendijera los ramos con agua bendita en el que fue uno de los momentos más emotivos de la jornada. Las costumbres van evolucionando y a las tradicionales ramas de olivo se suman poco a poco palmas de colores y de originales formas. Las de apenas ocho o diez centímetros para bebés se combinan con grandes palmas de hasta dos metros de altura para los ya adolescentes.

Los niños son los protagonistas de esta primera jornada de la Semana Santa en Vigo. "Nosotros veníamos de pequeños y ahora con nuestros hijos", explican Eduardo y Rita mientras esperan la llegada de la imagen en el Paseo de Alfonso. Los menores por allí congregados aplaudían la llegada de los cofrades puesto que al llevar la cara cubierta era lo que más les llamaba la atención. "Ya vienen" se preparaban unos a otros.

El tronar de los tambores iba anunciando la llegada de la procesión a las numerosas familias que esperaban para sumarse a la procesión a mitad del recorrido o en el tramo final para la bendición de los niños frente a la Iglesia de Santiago de Vigo. Era la una y media de la tarde cuando Luis Quinteiro volvía a dirigirse a los fieles en García Barbón para agradecerles su participación y animarlos a convertir a los hoy niños en "piedras vivas" de la Iglesia que con su fe ayuden a consolidar el mensaje.

El obispo realizó la tradicional ofrenda de las madres y sus hijos y tuvo un recuerdo cariñoso para el nuevo Papa Francisco. "La vida nos da sorpresas, como la mañana hermosa que ha quedado para que pudiéramos acompañar a Jesús. Y también fue una gran sorpresa la elección del nuevo Papa -añadió-. Debemos estar contentos con su elección. Él nos dijo que tenemos que caminar juntos como hemos hecho hoy", destacó el obispo durante una intervención más breve que en anteriores ocasiones que concluyó invitando a los vigueses a participar en la Semana Santa. Como novedad, la celebración del Domingo de Ramos continuó con una misa en Santiago El Mayor.