"No puedo fumar un cigarro en todo el recinto y si quisiera pedir alcohol en la cafetería tampoco me lo servirían". Así ejemplifica el funcionamiento de la ESAD un alumno. El motivo es que el reglamento de estos centros superiores se asimila al de un instituto de enseñanza secundaria, y eso a pesar de que sus estudiantes son mayores de edad y de que cursan una enseñanza hasta ahora equiparable a cualquier carrera universitaria. Por su parte, los profesores deben impartir también 20 horas lectivas, como sus compañeros de los institutos. "En ese sentido estos centros ya nacieron mal, es como si un ingeniero realiza su carrera en centro de Formación Profesional", sostiene Manuel Vieites, director de la ESAD. "Tenemos alumnos que viven con otros universitarios y la diferencia es que los nuestros no tienen derecho a ayudas al transporte, comedor, una biblioteca al mismo nivel...", añade José Manuel Fernández, director del Conservatorio Superior.