Los temporales amenazaban la integridad de la escultura del Capitán Nemo que, en homenaje al personaje literario del fabulador Julio Verne, lucía frente a la isla de San Simón. La base que sujetaba la pieza sufría un grave deterioro y la fundación que lleva el mismo nombre del islote decidió retirarla el pasado noviembre, no fuera a ser que acabara en el fondo del mar juntos a los escurridizos restos de los galeones de la mítica batalla de Rande.

A partir de ese momento se inició un cuidadoso proceso de reparación de la pieza central del conjunto escultórico creado por los artistas Ramón Lastra y Sergio Portela.Se aprovechó la retirada para limpiar la imagen del célebre capitán, pero sobre todo, los trabajos se centraron en la construcción de una estructura maciza que pudiera aguantar la escultura durante los años venideros sin temor a que acabase desplomada.

La restauración completa concluyó hace unos días. Pero no fue hasta el pasado jueves, aprovechando la bajamar y la bonanza climatológica cuando se inició el laborioso traslado hasta su emplazamiento original (entre la playa de Cesantes y la Isla de San Simón ). Una vez allí se cimentó la base y sobre ella ya quedó erguida, esta vez quizá para siempre, la imagen solemne del capitán Nemo.