Iluminar las calles sin pagar ni un solo euro por el consumo eléctrico. Lo que puede parecer una quimera es ya una realidad (a prueba) en Vigo. En su apuesta por reducir el gasto de luz y la contaminación lumínica, la Concejalía de Fomento ha puesto en marcha la primera farola solar de la ciudad. La luminaria, ubicada en el Paseo de Granada, estará a prueba durante varios meses en los que el Concello evaluará su fiabilidad con el objetivo de extenderla a otras calles.

"Es una farola piloto. Su funcionamiento es autónomo, por lo que no necesita suministro de ningún tipo. Según los técnicos, con un día de sol tendría autonomía para funcionar al menos tres o cuatro días sin recibir ninguna luz", explica el concejal de Fomento, David Regades. En las jornadas muy nubladas tendría autonomía para cerca de díez días. En todo caso, un mínimo de luminosidad permitiría siempre que las células se continuarán cargando.

Una de las principales particularidades de la farola que testa el Concello es su estética. A primera vista parece una luminaria normal y corriente ya que carece de los aparatosos paneles solares que suelen tener este tipo de infraestructuras. La diferencia con el resto se vislumbra de cerca. Su poste esta recubierto de arriba abajo de células fotovoltaicas que permiten que tenga una zona de exposición solar de más de dos metros cuadrados. Con ella capta la luz solar y se cargan las tres baterías de las que presume.

Además de alimentarse solo con luz solar, es también una farola "inteligente". "Lleva incorporado un mecanismo que detecta cuando es de día o de noche y se apaga y enciende sola. Además, utiliza un regulador de intensidad de luz dependiendo de la hora que sea", explica Regades.

La luminaria que emplea son tipo LED, un sistema que el Concello testa ya en varias calles de la ciudad y que permiten un ahorro de entre un 40 y un 50 por ciento respecto a las bombillas de vapor de sodio, las más extendidas por la ciudad.

Cuesta 5.000 euros

Pero en la tecnología solar aplicada al alumbrado público no todo son ventajas. Aunque estas farolas permitirían al Concello olvidarse de la factura eléctrica (en 2010 consumió 40.474.596 kilowatios hora y desembolsó 5,2 millones de euros) le obligaría a realizar un importante desembolso para su adquisición. "Una farola normal cuesta unos 2.000 euros; la solar, cinco mil", ejemplifica el edil de Fomento.