Una treintena de mujeres asistió ayer a un curso de defensa personal impartido por Felipe Meana y que tenía como objetivo principal ofrecerles técnicas básicas para aprender a combatir, físicamente, los malos tratos.

"Con la organización de este ciclo de seminarios, que se celebrarán cada tres meses de forma gratuita, queremos concienciar a las mujeres de que tienen capacidad para contrarrestar una agresión, y de que pueden hacerlo desarrollando una serie de estrategias", explicó Felipe Meana, profesor del curso y director de la organización "SKM Combat and Self Defense", especializada en la formación de diversos colectivos. Ayer por la mañana, la violencia de mujeres y hacia mujeres protagonizó un encuentro que consistió en la aplicación de las tácticas sugeridas por el experto en autodefensa a situaciones reales simuladas.

"Lo más importante es que este tipo de clases te ayudan a hacerte más fuerte, te dan seguridad en ti misma", señaló María Fernández, una de las participantes. Y es que la clave de la lucha física contra las agresiones es, en palabras de Meana, "que las mujeres tengan más confianza en su capacidad de defensa y que las que hayan sufrido agresiones, sean conscientes de que no les volverá a suceder".

El profesor apuntó que la mayoría de las asistentes han sufrido algún tipo de ataque en el pasado, como es el caso de Paloma, víctima de violencia de género. "El curso me ha hecho recordar y ahora me siento como un trapo, pero por lo menos sé algunas nociones sobre cómo puedo evitarlo en el futuro", reveló. En su opinión, este tipo de iniciativas "no contribuye a reducir las agresiones, pero sí las víctimas".

Loli, su compañera de colchoneta y ejercicios, apuntó que desconoce si será capaz de aplicar lo aprendido en una situación real. "Pero para poder combatir las agresiones necesitas practicar y asimilarlas", reconoció en referencia a la cantidad de escenas reproducidas durante las tres horas del curso. En su opinión, no hay mejor manera de poner en práctica las explicaciones de Meana que simulando situaciones reales.

Por eso, la clase concluyó con una sesión de defensa y ataque entre el profesor, ataviado con casco y protector abdominal, y las alumnas, que se sucedieron una por una en un duelo contra él. Patadas en el vientre, en las piernas o en el rostro, golpes en la cabeza y en los brazos, tirones de pelo o derribos... Todas las técnicas eran válidas para demostrar que "es posible liberarse y defenderse en situaciones de estrés", tal y como destacó otra de las inscritas, Georgia Amor.

Según explicó el especialista en defensa personal femenina, Felipe Meana, "hace falta más entrenamiento para poder defenderse de forma eficaz en una situación de miedo y estrés". A pesar de ello, Felipe Meana está convencido de que todas las mujeres deberían asistir a cursos como el de ayer "dados los índices de víctimas de malos tratos y las posibilidades de protección que existen".