Un discípulo de Einstein, con habilidades sociales. Al perfil de buen ingeniero tradicional se le exige "don de gentes" en la nueva era tecnológica. Casi una treintena de empresas de telecomunicaciones y tecnología aterrizaron ayer en la universidad de Vigo en busca de talentos que "captar" para sus factorías -algunas del calado de Repsol, que promociona másters-. Ofrecen prácticas, becas, contratos de iniciación y facilitan los trabajos de fin de carrera a los universitarios de los últimos cursos o licenciados. Y para ello, recogen currículos en los halls de Minas e Industriales, donde se han instalado 29 stands. Es la octava edición del "Foro Tecnolóxico de emprego", que se inaugurará oficialmente hoy a mediodía.

Al preguntar por el perfil de la búsqueda entre estudiantes, se escuchan respuestas coincidentes: "Lo importante no es sólo la formación técnica. Hay una serie competencias que van más allá de lo que se enseña en la Universidad, como el trabajo en equipo, una comunicación fluida, flexibilidad y capacidad de adaptación". En el stand de "Atran" (una multinacional de consultoría de origen francés), la responsable del departamento de recursos humanos, Almudena Goular, confirma esos criterios de selección: "Poco a poco estamos viendo que es necesario trabajar con diferentes grupos de gente y se requieren habilidades sociales". ¿Por qué? Pues porque se requiere cambiar de proyecto en poco tiempo y un buen ingeniero tiene que adaptarse. "No estás tú solo trabajando", resume.

Las empresas instaladas necesitan ingenieros, tanto técnicos como superiores: aeronáuticos, industriales, informáticos, navales, de minas, telecomunicaciones, oceánicos, físicos y químicos. Y también, mucha gente joven. "Por currículo nos interesan casi todos, por eso tenemos que buscar que nos atraigan por algo más", explica el responsable de selección ("employer branding", en el argot de la empresa), Daniel Santamatilde, que hoy afrontará un taller para alumnos ante una entrevista personal. "Hemos notado que a la hora de encontrar empleo, los perfiles muy técnicos salen bien formados pero no saben superar entrevistas personales". Es una simulación de cómo sería en la vida real.

Entre las tres escuelas a las que va dirigida y los tres días que dura el evento, los organizadores calculan que pasarán cerca de un millar de personas. Y por ello, ochenta alumnos se han implicado desde la organización para que todo esté a punto. El programa comprende menos conferencias que otros años, pero con más dinámicas de grupo. "A los alumnos de último curso les interesan también los cafés en los que pueden conversar con las empresas, según el estudiante de Telecomunicaciones Diego Lendoiro, que participa en la organización.

Las firmas que ayer se instalaron tienen un ámbito de actuación que va desde la aeronáutica (hacer maquetas en túneles de viento, fuselaje de un avión, tren de aterrizaje o ensayos en vuelo) a empresas de servicios relacionados con las telecomunicaciones, con oficinas en todo el mundo.

Alumnas de último curso de Ingeniería Técnica de Telecomunicaciones como Carmen Casal, Mirta Fernández o Teresa Charlín pasaron por primera vez por el foro. "Es una buena iniciativa para los que quieren empezar a buscar trabajo", aseguraron.