Elena Oc ampo / VIGO

Karl no llegó al cajero que "compartía" en la madrugada de Navidad. Lo hallaron muerto en la Puerta del Sol y ayer fue recordado por otros "sin techo" en una concentración en el casco vello. Este invierno cuatro indigentes murieron en la calle, según el grupo "Imán", por una parada cardiorrespiratoria a consecuencia del consumo de alcohol y el frío, o bien por enfermedades derivadas de la pobreza extrema. "Podrían ser más porque nos enteramos de que algunos han fallecido sólo porque dejamos de verlos", explica Antón Bouzas.

El censo de personas que no tienen un lecho donde dormir asciende a más de 252 en Vigo. Ése es el número de los "sin techo" a los que hacen un seguimiento Cruz Roja en colaboración con la Secretaría Xeral do Benestar, de Vicepresidencia, aunque las propias trabajadoras reconocen que muchos escapan a las estadísticas. Este año, 106 personas nuevas se acogieron al proyecto para "sin hogar".

En estas fechas crece el número de transeúntes que preguntan dónde hacerse con algún abrigo o mantas para guarecerse del frío, por dormir al raso. Cada mes llegan a Cruz Roja entre 70 y 80 personas. "Estos días, se nota que lo pasan mal. Aunque la realidad es que están todo el año así, al llegar estas fechas, se dan más cuenta", dice la trabajadora social de Cruz Roja, Cristina Pereiro. Quieren escapar de prototipos del "sin techo": "Es muy difícil establecer un perfil. Hay gente joven, pero también de 79 años, o de mediana edad", explican. "Pueden llegar a la calle por problemas con la familia, con el alcohol o por falta de trabajo". "Cada persona tiene una historia de vida diferente. Hay muchas que no tienen problemas de consumo. Pierden el trabajo, sin apoyo familiar y tienen que recurrir a una pensión o pasarse al albergue".