Rodeados de naturaleza y con un objetivo muy claro: el respeto al medio ambiente, se inició ayer el tradicional taller de animación y juegos promovido por Cruz Roja Juventud. El parque de Castrelos fue un año más el lugar elegido por los voluntarios para su celebración.

"Hemos dividido las actividades en dos bloques temáticos: La educación ambiental y la diversidad cultural", señalaba Emilia García, técnica de juventud de la Cruz Roja. En los talleres, que continuarán realizandose hasta el próximo viernes en un horario de once de la mañana a una del mediodía, podrán participar niños entre cinco y doce años.

En la jornada de ayer los pequeños aprendieron a realizar juguetes con productos reciclables. "Acabo de hacer un asteroide con una bolsa de basura, hojas de periódico, arena, papel de color y una cuerda", explicaba Gabriel Pérez de 10 años. Que rápidamente se aventuraba a lanzar por todo lo alto un juguete que volaba a la perfección, pero que a penas le duró cinco minutos. "Se me ha roto. ¡Quiero hacer otro!", exclamaba este pequeño.

Sin embargo, un año más, los auténticos protagonistas fueron los "Cespines". Unos muñecos realizados con calcetines rellenos de semillas y adornados con papeles de color a los que con el paso del tiempo "les crece hierba en la cabeza", decía Pablo Gómez de 6 años. Ninguno de los niños que ayer participaron en este taller se marcharon sin llevar para su casa a este "tamagochi natural", decía una de las voluntarias.

Después de una hora de "duros" trabajos de manualidades, los "peques" no perdieron el tiempo en comenzar a jugar con sus pequeñas obras de arte. Mientras unos competían por lanzar su asteroide lo más alto posible, otros participaban con los voluntarios en juegos de aprendizaje como la Cadena Trófica o Morcego-avelaíña.