El presidente del Gobierno vasco, Iñigo Urkullu, se reunió ayer con el embajador de Francia en España, Jean-Michel Casa, para intentar meter presión y convencer al Ejecutivo francés de que acelere la ejecución del Corredor Atlántico ferroviario en su país, ya que se trata de un proyecto que no entra en sus prioridades y que puede acabar convirtiendo en una isla el desarrollo de esa línea en España al quedar sin conexión con el resto de Europa para el tráfico de mercancías y de pasajeros. Urkullu también se reunió ayer con el embajador portugués en España, Joao Mira-Gomes.
En sus dos reuniones, el lehendakari les trasladó la “necesidad” de que Francia acelere los proyectos vinculados al hidrógeno, las conexiones energéticas y las ferroviarias, “en cumplimiento” del calendario de la UE. Casa se comprometió a facilitar un encuentro con el ministro de Transportes de Francia para que el presidente vasco le pueda plantear sus propuestas directamente.
En concreto, le reclama que Francia cumpla con los plazos para la llegada del Corredor Atlántico a Dax, tras el anuncio del Gobierno galo de retrasarla de 2030 a 2042, cuando en el resto de la UE la fecha es 2030.
Tanto Urkullu como el embajador de Portugal constataron la necesidad de trabajar conjuntamente para que la península ibérica y Europa puedan estar conectados a través de su fachada atlántica, conexión natural también para Portugal con Europa.
Urkullu le explicó que se está constituyendo una alianza –además del lobby institucional que ya se ha creado– con los principales agentes económicos y sociales en Euskadi como cámaras de comercio, sindicatos, patronales, universidades, expertos y entidades sociales, académicas y culturales para impulsar estas iniciativas.
En este frente participan formalmente Galicia, Asturias, Cantabria, Navarra y la región francesa de Nueva Aquitania.
