Albergues y cámpines ganan peso como opciones de alojamiento en un verano récord

Ambos tipos de establecimientos acaparan casi un tercio de la demanda en un estío histórico para el turismo gallego | El Camino atrae el doble de peregrinos que en 2021

Peregrinos a su llegada a la Praza do Obradoiro, en Santiago. |   // XOÁN ÁLVAREZ

Peregrinos a su llegada a la Praza do Obradoiro, en Santiago. | // XOÁN ÁLVAREZ / C. Villar

Carmen Villar

Carmen Villar

El sector turístico fue de los que más notó la pandemia. En 2020, el negocio funcionó al ralentí, pero el pasado año el mercado de los viajes recuperaba su dinamismo y alcanzaba su tope en verano y las cifras estivales de 2022 son incluso mejores y marcan máximos históricos para Galicia en número de turistas y peregrinos o en noches hoteleras. De forma paralela ganan protagonismo en el reparto albergues y cámpines, que concentran ya casi una tercera parte de la demanda (el 28,7 por ciento).

Así lo permite constatar el balance en que la Xunta que recopila las cifras del sector relativas a julio y a agosto y que la Administración autonómica sintetiza aludiendo a récords. Casi todos los tipos de establecimientos reglados –a excepción del turismo rural, que anotó una bajada del 2 por ciento en comparación con los datos de un año atrás– se beneficiaron de contar con un total de 2,1 millones de viajeros alojados y más de 4,7 millones de noches –un 14,5 por ciento más que en 2021 y un 12,4% por encima del último ejercicio prepandemia–.

Aunque no todos notaron esa mayor afluencia por igual. El incremento más notable en la demanda se produjo en los albergues, que superan en un 74 por ciento las cifras del año previo, seguido de un crecimiento del 16 por ciento para las pensiones y de un 11 por ciento para los hoteles. En relación a 2019, en cambio, los que más notan el empujón serían los apartamentos turísticos (21% más), seguidos de pensiones (18%) y de cámpines (12%).

En el esquema global, incorporar a las listas de alojamientos con datos de ocupación facilitados por el Instituto Nacional de Estadística a los albergues y el mayor volumen que, refleja el informe, adquieren los cámpines –el segundo recurso favorito para pernoctar de los visitantes–, hacen que adelgace el peso del segmento hotelero, que queda limitado, sustraídas al cómputo las pensiones, al 49,3 por ciento de la demanda.

No obstante, también el sector hotelero recibe buenas noticias. Es una de las cuatro categorías, junto a cámpines, apartamentos turísticos y albergues, que alcanza “máximos históricos de demanda”, con más de 2,3 millones de noches. Además, en un contexto de elevada ocupación y de aumento de tarifas, la Xunta les calcula una cantidad estimada de ingresos nunca vista, de casi 123 millones de euros, un 25 por ciento más que en 2019 y un 20,4% superior a la estimación de 2021. Descontado el efecto de la inflación, como señala el documento, el crecimiento anual sería del 8%.

La inmensa mayoría de veraneantes procede de Galicia y del resto de las comunidades y su destino preferido, con cerca de 1,3 millones de noches en el segmento hotelero, son las Rías Baixas.

Los efectos colaterales del coronarias también sacudieron el Camino de Santiago, que este segundo Ano Santo recupera fuerzas: en lo que va de año, la Oficina del Peregrino ha expedido más de 153.000 “compostelas”, el doble que en 2021 y una tercera parte más que antes del COVID. De hecho, en este indicador se alude al dato, otra vez, como “un máximo” de la serie histórica. “Nunca antes la Oficina había registrado más de 150.000 compostelas en período estival”.

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