¿Pisos en el centro o chalés en las afueras? Con el estallido del COVID, las casas unifamiliares se convirtieron en el gran atractivo del mercado inmobiliario en Galicia, pero muchos planes de compra se vieron aplazados por la crisis derivada de la pandemia. El confinamiento y las restricciones de movilidad dispararon el ahorro en los hogares a máximos históricos. Con la cuenta bancaria algo más abultada que antes de la irrupción del coronavirus, quienes habían pospuesto la idea de cambiarse de vivienda o comprar una como inversión se hicieron con la propiedad. En los primeros seis meses de este año, un total de 3.556 chalés que tenían colgado el cartel de Se vende en Galicia encontraron nuevo propietario, un volumen de operaciones récord desde el año 2009, según datos de la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias (Fegein).
Las provincias de A Coruña y Pontevedra concentran el grueso de las ventas de este tipo de inmuebles, con 1.452 en el primer caso y 1.275, en las Rías Baixas. Es decir, el 40, 8% y el 35,8%, respectivamente, del total en la comunidad. Lejos de estas cifras están las compras realizadas en Lugo, 525 (14,7%) y Ourense, 304 (8,5%).
El precio medio de los chalés vendidos este año en la comunidad (nuevos y usados) se sitúa en 1.975 euros el metro cuadrado. Esto se traduce en casi 300.000 euros de media una vivienda unifamiliar de 150 metros cuadrados.
La nueva normalidad que había dejado el coronavirus se trasladaba a las agencias inmobiliarias con una creciente demanda de viviendas unifamiliares, muchas con piscina y parcela, en el extrarradio de las ciudades. Pero en el arranque de este año se han multiplicados las operaciones no solo en el área limítrofe de las ciudades sino por toda la geografía gallega, en su mayoría en las zonas turísticas, ya que son cada vez más quienes buscan un chalé como segunda residencia o como inversión para arrendar a turistas.
Jardín, piscina, espacio
Jardín propio, posibilidad de tener piscina, mayor superficie de habitabilidad... Han sido algunas de las claves que han provocado un bum en las ventas de chalés este año. “La mayor tasa de ahorro y la sensación de libertad es lo que ha deriva que este primer semestre haya sido espectacular en compraventa de viviendas unifamiliares, individuales o pareados en Galicia, sobre todo en las provincias de A Coruña y Pontevedra”, destaca el presidente de la patronal inmobiliaria en la comunidad, Benito Iglesias, al tiempo que alude a “los mejores datos desde 2009”.
Este incremento, según destaca, viene dado por diversos motivos, ya no solo de espacio, sino que hay pequeños ahorradores que buscan una segunda residencia para sus vacaciones, jubilados que buscan calidad de vida o inversores que derivarán estos inmuebles al alquiler turístico.
De cara al último trimestre de este año, desde la patronal inmobiliaria Iglesias advierte de que el alza de la inflación, el incremento del precio de los materiales de construcción y la incertidumbre generada por la guerra en Ucrania “son toda una espada de Damocles para el sector residencial”. “Todo ello con una incertidumbre económica para el primer semestre del próximo año”, lamenta. A la espera de si se confirma o no la desaceleración económica prevista por todo tipo de entidades públicas y privadas, Iglesias destaca que el comportamiento del sector inmobiliario gallego en estos primeros seis meses de 2022 ha sido “muy positivo, sin paliativos”.
En el mapa inmobiliario de la comunidad hay en la actualidad más de 8.000 chalés a la venta. La mayoría se encuentran en la provincia de Pontevedra, con una oferta de 3.200 chalés nuevos y de segunda mano (casi el 40% del total en Galicia). Le sigue en la lista A Coruña, con 2.850 (el 35%). Y finalmente Ourense (1.150) y Lugo (850).
