Diez días después de originarse la actual ola de incendios, solo un fuego se resiste a ser controlado. Se trata del de Vilariño de Conso (Ourense) que ayer alcanzó una afección de 6.500 hectáreas, el tercero mayor de esta temporada, tras calcinar en una jornada 700 más. Pero no se trata ya de la superficie quemada, sino que su transcendencia radica en que afecta al parque natural de O Invernadeiro, del que ya que habría consumido entre la mitad y dos terceras partes, si bien todavía se desconoce con exactitud porque la Consellería do Medio Rural no ofrece datos de la extensión ardida de este espacio protegido.

Todos los demás ya llevan varios días que no superan los perímetros, si bien todavía la Xunta no los da por controlados, entre ellos los dos mayores incendios de la historia de Galicia, el de Folgoso do Courel-Pobra de Brollón, con 10.000 hectáreas arrasadas, y el de Carballeda de Valdeorras (10.500).

Ayer, los servicios de extinción lograron apagar por completo el de Videferre, en el concello ourensano de Oímbra. Inicialmente se le asigna una extensión afectada de 800 hectáreas, pero tras una nueva medición, ya extinguido, se elevó a 919.

Once frentes activos

En total, ayer aún continuaban vivos once incendios en Galicia, todos ellos en las provincias de Ourense y Lugo. Fuera de control, pero sin superar los perímetros –salvo el de Vilariño– estaban los dos más grandes, así como el que afecta a O Invernadeiro y uno más en Folgoso do Courel de 1.100 hectáreas.

De los controlados, cinco se registran en la provincia de Lugo: Cervantes (65 hectáreas), Palas de Rei (375), Antas de Ulla (40) y dos en Quiroga que entre ambos suman 265. En la provincia de Ourense, los fuegos bajo control son dos en el concello de Oímbra (2.100 y 400 hectáreas, respectivamente), municipio que hasta ayer tenía tres focos, todos ellos procedentes de Portugal.

Emergencia climática

La Federación Ecoloxista Galega (FEG), que reúne a 14 asociaciones de toda Galicia, ha reclamado a la Administración medidas para “frenar los incendios forestales” y “enfrentar la emergencia climática”. En un comunicado, lamenta que los incendios que se viven en los últimos días en Galicia eran “predecibles”, ya que se conoce “sobradamente” que existen patrones de comportamiento del sistema meteorológico que lo hacen “más agresivo cada vez”.

Ante esta situación, la FEG asegura que lleva “muchos años” demandando a la Administración que “se tome en serio” la emergencia climática. Sobre esto, pide que se preserven las formaciones naturales protectoras de las sucesiones ecológicas y de los recursos hídricos constituyendo además sumideros de carbono.

Además, denuncia que habían solicitado una política forestal “ambientalmente responsable”, pero la Administración “ha aprobado un plan forestal renovado que favorece la expansión de las especies pirófitas, las que arden y ayudan a la extensión de los incendios forestales”.