El monte gallego reportó el pasado año 291,8 millones de euros a los propietarios forestales por la venta de madera. Según las estimaciones de la Asociación Forestal de Galicia, esta cifra supone alrededor de un 29 por ciento más que lo facturado el año anterior.

El 60 por ciento de estos ingresos se corresponden con el eucalipto (168,1 millones de euros), mientras que las cortas de coníferas supusieron una facturación de 117,8 millones y 5,8 millones de euros provienen de frondosas caducifolias que, más allá de su uso para leñas domésticas, continúan teniendo un aprovechamiento residual para la industria.

El mayor aumento en facturación correspondió a las coníferas, en tanto el eucalipto mejoró en relación al 2020, pero se mantiene aún por atrás de las cifras de facturación y talas de 2018 y 2019.

Las dos provincias con mayor peso en el sector son A Coruña y Lugo, que en conjunto aglutinan tres cuartas partes de las talas de pino y más del 85 por ciento de las de eucalipto. Por comarcas, Santiago-Meseta interior lidera la facturación por talas de eucalipto (29 millones de euros); en tanto que Lugo-Sarria es líder en pinos (19,2 millones de euros) y en frondosas (960.000 euros).

El aspecto más destacado del último año, explica la asociación, fue el aumento progresivo de los precios en la madera de pino, que se intensificó en el segundo semestre del 2021. “Este aumento se debió a la situación del mercado internacional, en el que se produjo una mejora de la demanda que favoreció tanto a las coníferas gallegas cómo a las del resto de Europa”, subrayan.

Los precios del pino para sierra se sitúan ya alrededor de un 40 a 50 por ciento por encima de los registrados en el 2020, según los datos que maneja la Asociación Forestal de Galicia. En eucalipto, el mercado experimentó menores cambios en el 2021, con una ligera suba a lo largo del año por la mejora de los precios de la pasta de papel.