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Andrés Rodríguez Lorenzo | Cirujano en Suecia, premio Hans Anderl en Europa

“Para atraer talento a hospitales gallegos hay que ser flexibles en la contratación”

“Si la reconstrucción de cara es satisfactoria, ves que al paciente le cambias la vida”

El cirujano Andrés Rodríguez, ante el hospital de Uppsala en el que lidera el departamento de Cirugía Plástica y Maxilofacial. | // FDV elena ocampo

Que el cirujano Andrés Rodríguez dibuja cientos de sonrisas en la cara no es solo un modo de hablar. El médico de origen pontevedrés –aunque su carné de identidad diga que nació en Santiago– es el jefe de departamento de Cirugía Plástica y Maxilofacial en el Hospital Universitario de Uppsala, Suecia. Un departamento puntero en Europa. Y su enfoque principal en la investigación clínica es la cirugía de reconstrucción de la parálisis facial, transplante de tejidos y cáncer de cabeza y cuello. El cirujano gallego ha logrado desde reconstruir después de un cáncer lo que los clásicos llaman “el espejo del alma” hasta conseguir, en el terreno más funcional, que un paciente pueda volver a cerrar la mandíbula y, comer por sí mismo. “Siempre me ha incentivado mucho conectar los problemas de los pacientes con la investigación”, alega.

El célebre cirujano Pedro Cavadas, cuando dirigió en 2009 el primer trasplante de cara en España –el octavo en el mundo–, quería al gallego Andrés Rodríguez en su quirófano. Ya ha llovido desde entonces y el campo del experto se ha ampliado. “En los últimos once años me he centrado en la reconstrucción con microcirugía: trasplantes de cara y parálisis facial. Se trata de reconstrucciones después de cánceres, traumas o problemas congénitos”, explica. Otro ejemplo, la reconstrucción de mama con tejido del abdomen.

Centro de referencia

La unidad en la que trabaja Rodríguez Lorenzo es referencia en el norte de Europa en microcirugía y cirugía plástica. Tanto es así que la última edición del Premio Hans Anderl reconoció su “contribución pionera y de excelencia en cirugía reconstructiva” en 2021. En la práctica, significa reconocerle que es el mejor cirujano de su especialidad en Europa. Detrás está su larga trayectoria tanto en investigación como en reconstrucción de pacientes complejos: Rodríguez Lorenzo es también director del programa internacional de Microcirugía Reconstructiva de la Universidad de Uppsala por lo que entrena –además– a cirujanos reconstructivos de todo el mundo en esa ciudad cercana a Estocolmo y famosa por su universidad, que se fundó en el siglo XV. Allí reside desde hace una década con su mujer, también gallega, y sus dos hijas.

“En cirugía reconstructiva se recupera la forma, pero también la función. Y para nosotros, como seres humanos, la cara también tiene un importancia vital. El rostro tiene una vertiente psicológica y social importante, tanto de comunicación como de nuestra identidad. Cuando logramos conseguir un resultado satisfactorio para el paciente, ves que muchas veces le cambias la vida”, asegura. “Los problemas que resolvemos son muy presentes y visibles para el paciente”, explica.

Captación de talento

Consultado sobre la fuga de talento, el profesional ejemplifica con su caso: “A mí siempre me ha incentivado aprender más y de los mejores; por eso me he formado en cuatro sistemas sanitarios diferentes con la idea de mejorar: el español, el taiwanés, el británico y el sueco”, relata. “Creo que salir es una experiencia que te obliga a ser competitivo y a mejorar”, reflexiona. “Más que fuga de talento, yo me plantearía, ¿qué puede hacer Galicia o España para atraer el talento internacional”, pero no exclusivamente para que retornen profesionales gallegos a los hospitales. Soy más partidario de importar talento, del mismo modo que yo estoy fuera de mi país. Creo que será más rico para el sistema gallego crear condiciones abiertas a otras comunidades y países. Quien llegue, tiene que añadir valor al sistema. Y si nos planteamos cómo hacerlo atractivo, yo destacaría ser creativo a la hora de la contratación; buscar las funciones que se necesitan y evitar rigidez”, alega. “A la hora de reclutar, nos parece fundamental ser flexible a la persona que quieres atraer”. Al contrario, Andrés Rodríguez propone la formación exterior de los profesionales , que evitar endogamias en el sistema.

En un repaso de la situación vivida en la pandemia, Andrés Rodríguez reconoce que “hay lecciones aprendidas”. Tras Dinamarca, Suecia ya vive sin restricciones desde el pasado 9 de febrero y tampoco han cerrado los colegios en ningún momento. Siguiendo las recomendaciones de la OMS, el país dejó más peso a las decisiones individuales. “Una de las cuestiones positivas” que destaca es “la innovación en medicina” registrada –como en el caso de la vacuna del COVID– en solo dos años, el avance en la vida diaria en las telecomunicaciones y el efecto positivo de la relación social en la salud mental.

Durante este tiempo no ha perdido la comunicación fluida con sus familiares y amigos, ni han dejado de viajar a Galicia dos veces al año. Con una tasa de vacunación muy alta en Suecia, del 83% –similar a España–, el movimiento antivacunas no representa allí un sesgo importante. Sí lo están siendo las bajas de personal sanitario en las últimas semanas.

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