Tras pasar por dos crisis casi consecutivas y con una tasa de paro que duplica la media, los jóvenes gallegos han decidido hincar todavía más los codos para mejorar su formación e incrementar así sus posibilidades de encontrar empleo. El resultado es una caída histórica del número de “ninis” en Galicia. Los gallegos de 16 a 29 años que ni estudian ni trabajan se desplomaron un 40 por ciento en el último año. En esta situación se encuentran ahora solo 12.700 jóvenes, la cifra más baja desde que hay registros.
Aunque desde 2016 la cifra de “ninis” empezó a reducirse lentamente, el impacto de la pandemia rompió esta tendencia. En 2020 el parón económico y el confinamiento frustró los planes de muchos jóvenes y elevó la cifra de gallegos de 16 a 29 años que ni estudian ni trabajan hasta los 20.900.
Sin embargo, tras este impass los jóvenes se pusieron las pilas. El número de inactivos cayó casi a la mitad: hasta los 12.700. Son también un 35 por ciento menos que en 2019 y están lejos de la cifra de 25.000 “ninis” que se registraba hace once años.
“Puede haber dos causas para poder explicar esta importante reducción. Un aumento de las oportunidades laborales para este colectivo o un incremento de la tasa de escolarización. En estos momentos, lo que ocurre está más cercano a la segunda variable”, apunta el profesor titular e investigador del Departamento de Economía Aplicada de la Universidade de Vigo, Alberto Vaquero. Según explica, la crisis derivada del COVID “se ha cebado” con los empleos a tiempo parcial y de corta duración que están ocupados en su mayoría por jóvenes.
Aunque en 2021 mejoró ligeramente la tasa de paro juvenil respecto al año de la pandemia situándose en el 24,7 por ciento, sigue siendo más alta que el 21 por ciento que se registraba antes del COVID. Son más de 35.600 los jóvenes gallegos de 16 a 29 años que no encuentran trabajo.
La prueba de que la pandemia castigó especialmente a la juventud es que la tasa de paro para el conjunto de la población gallega sí está ligeramente por debajo de la registrada en 2019. En 2021 bajó al 11,7 por ciento, muy inferior a las elevadas cifras de desempleo juvenil.
El descenso en el número de “ninis” en Galicia no está relacionado, por lo tanto, con el hecho de que haya más jóvenes trabajando. La razón está más bien en que ha aumentado el número de gallegos de 16 a 29 años que están estudiando.
“Hay que tener en cuenta que frente a la situación producida durante los primeros años del presente siglo, donde muchos jóvenes abandonaron los estudios para trabajar en empleos del sector servicios, el caso más claro fue el de la construcción pero no el único, desde entonces los jóvenes se han dado cuenta de que abandonar los estudios en un momento de crecimiento económico no es algo que deberían hacer y precisamente por eso han optado por seguir formándose”, explica Alberto Vaquero.
Esto ha tenido un claro reflejo en las cifras de abandono escolar. Cada vez menos chavales dejan los estudios. Si en 2020 fue solo el 12,6 por ciento de los estudiantes, el pasado año este porcentaje cayó al 8 por ciento, una tasa muy alejada también del 26 por ciento de alumnos que dejaba el colegio hace doce años.
“Simplemente teniendo en cuenta los datos de la EPA sobre la tasa de ocupación y desempleo por niveles educativos se puede comprobar como la formación es la mejor forma de reducir el desempleo y aumentar la ratio de ocupados. Y además más años de educación se traducen en más remuneración salarial”, apunta Vaquero.
Los trabajadores con estudios superiores tienen una tasa de paro del 9 por ciento, mientras que el desempleo entre los que solo completaron la ESO sube al 13 por ciento y se incrementa todavía más, hasta el 22,7 por ciento, entre aquellos que solo obtuvieron estudios primarios.
Galicia está en mejor posición que la media nacional en cuanto al número de jóvenes que ni estudian ni trabajan. De hecho, España sigue teniendo uno de los porcentajes más elevados de “ninis” de la UE.
De hecho, el Gobierno puso en marcha hace años en colaboración con las comunidades autónomas programas de garantía juvenil con los que pretendía mejorar la formación o encontrar trabajo a aquellos jóvenes que permanecían inactivos. ar trabajo a aquellos jóvenes que permanecían inactivos.
