El aeropuerto de A Coruña activó ayer a primera hora de la mañana su plan de emergencia por un aviso de artefacto explosivo en el vuelo V7 3538 Bilbao-A Coruña, operado por Volotea. El avión aterrizó, con 106 pasajeros y seis tripulantes, a las 7.30 horas y después de que fuera apartado a una zona alejada de la pista y su pasaje aislado, agentes de la Guardia Civil inspeccionaron los equipajes y el interior del aparato. Dos horas y media después, la Benemérita comunicó que se trataba de “una falsa alarma”.

La aeronave fue alejada a la zona de aparcamiento remoto de Alvedro y el pasaje y la tripulación permanecieron en la pista antes de ser conducidos a una sala aislada de la terminal sin sus equipajes de mano.

¿Por qué se produjo el aviso de bomba? Fuentes policiales explicaron que el detonante de la alarma fue un dispositivo de geolocalización que llevaba encima un preso que viajaba a A Coruña con permiso. Según estas fuentes, otro viajero advirtió este aparato, que pudo haber sido confundido con un explosivo, razón por la que se envió el aviso a las fuerzas de seguridad, que a continuación informaron a Alvedro de la situación. Desde ese momento, se activó por tanto el plan de emergencia por amenaza de bomba en un aeropuerto.