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Galicia abrirá en 2022 un centro de cuidados intermedios para evitar estancias hospitalarias

Dos personas mayores en un banco en Pontevedra. | // GUSTAVO SANTOS

Hace unos años, Estrella se encontraba postrada en la cama del hospital universitario de A Coruña. Su hermano vivía en Tarragona y solo su sobrino residía en la misma ciudad, pero desconocía su estado hasta que recibió una llamada de servicios sociales. Estas situaciones son más frecuentes de lo que parece, hasta el punto de que en los últimos cinco años la Xunta internó de urgencia en residencias a más de 4.000 ancianos por su abandono: carecían de parientes que los cuidasen y no podían valerse por sí mismos. Galicia ensayará el año próximo un centro para evitar estas situaciones: derivarán allí a pacientes que puedan recibir el alta médica, pero todavía no se valgan por sí mismos para evitar estancias hospitalarias innecesarias, así como la desprotección de estas personas.

El complejo atenderá a pacientes que reciban el alta, pero aún no puedan valerse por sí mismos

Cataluña y Castilla y León cuentan ya con experiencias similares, que ahora quiere emular Galicia. El propio presidente autonómico, Alberto Núñez Feijóo, anunció en el Debate sobre el Estado de la Autonomía la creación de un centro de “cuidados intermedios”, que estará en marcha en el año 2022. “Una vez se analicen los resultados de este proyecto piloto, se debatirá su implantación en el resto del territorio”, avanzan fuentes de la Consellería de Política Social.

Esta infraestructura pretende convertirse en una estación intermedia entre el hospital y el hogar para quienes pueden recibir el alta, pero no valerse todavía por sí mismos y carecen de una red familiar que los cuide. Acogerá a personas que “tras una estancia hospitalaria y de forma no permanente requieren atención residencial específica por tener dependencia para las actividades básicas diarias”.

“Una vez se analicen los resultados de este proyecto piloto, se debatirá su implantación en el resto del territorio”

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Esos cuidados se dirigirán “a personas que de otra manera deberían hacer frente a largas hospitalizaciones innecesarias”, es decir, que despejarán camas en los centros médicos, pero evitarán que se encuentren solos en una situación de dependencia. Por ejemplo, quienes deben aplicarse tratamientos intravenosos únicamente, cuentan con un cateterismo o se encuentran convalecientes en silla de ruedas, por ejemplo.

En cinco años, la Xunta internó de urgencia en residencias a 4.000 mayores por falta de familiares

Política Social expone que se buscará “cambiar el modelo convencional de atención fragmentada a las personas institucionalizadas en un centro residencial” y apostar por un nuevo modelo “proactivo”, que combine sesiones de rehabilitación funcional y cognitiva con la vuelta a sus hogares.

Aportarán tratamientos post-hospitalarios, rehabilitación, asistencias y trabajo social e incluso gestión de los casos sociosanitarios, ayudando al ciudadano en trámites burocráticos como la petición de una prestación en virtud de la Ley de Dependencia, adelanta Política Social, cuyo equipo perfila aún cuántas plazas tendrá esta nueva instalación y dónde se ubicarán.

Estos centros “se basarán en los pilares del nuevo modelo de cuidados” que la Xunta se comprometió a poner en marcha tras la crisis del COVID-19, que puso de relieve, como reconoció Feijóo, deficiencias en el sistema. En el centro de cuidados intermedios se apostará por la monitorización de los pacientes mediante nuevas tecnologías para blindar su control médico.

Se pretende evitar la desprotección de quienes se ven dependientes súbitamente tras una estancia hospitalaria

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Se pretende evitar la desprotección de quienes se ven dependientes súbitamente tras una estancia hospitalaria. De hecho, los trabajadores sociales el Servizo Galego de Saúde incrementaron en los últimos años sus peticiones de ayuda para atender a los mayores a su salida del hospital. La demora en las ayudas de dependencia complicaba la situación de muchos de ellos, que necesitaban un cuidador, por ejemplo, para las tareas de la casa o ayudarlos con cuestiones médicas. En casos extremos, se llegaba a posponer el alta hospitalaria para evitar la desprotección del paciente, situaciones que quiere evitar ahora Política Social.

Estos casos se incrementarán a tenor del envejecimiento que experimenta Galicia. De hecho, casi 132.000 hogares de la comunidad están compuestos por personas que superan los 65 años de edad y viven solas, 15.000 más que en 2014, según los datos del Instituto Nacional de Estadística.

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