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El 22% de los ríos y lagos gallegos suspende los requisitos medioambientales de la UE

Vertido de fecales y escabeche en el Río Umia, en el concello de Ribadumia. Iñaki Abella

La Xunta ha identificado un total de 108 masas de agua en Galicia que incumplen los objetivos medioambientales fijados por la Directiva Marco del Agua de la UE. Se trata del 22 por ciento de los ríos, embalses, lagos y aguas costeras de la demarcación hidrográfica Galicia-Costa. Suspenden las exigencias establecidas por la Unión Europea debido bien a la contaminación química por vertidos o por el mal estado ecológico de sus aguas a causa de la presencia de bacterias, falta de nutrientes, turbidez etc. El Gobierno gallego se fija como objetivo alcanzar un estado óptimo de todas las masas de agua de la comunidad autónoma antes de 2027.

La Directiva Marco del Agua, aprobada en el año 2000, obliga a los estados miembros a evaluar periódicamente el estado de las masas de agua. Se somete a examen tanto a aquellas aguas que son naturales, como a los embalses o lagos creados de forma artificial o modificados por la mano del hombre. Y se analiza desde los ríos, a sus desembocaduras e incluso las aguas costeras –las más próximas a la linea de costa–.

Según recoge el Plan da Seca y el Plan Hidrolóxico 2021-2027 de Augas de Galicia, de las 485 masas de agua de la demarcación Galicia-Costa, el 77,7 por ciento presenta un estado bueno o muy bueno. Sin embargo, un total de 108 reciben un suspenso. En su mayoría, se trata de tramos de ríos (68 no cumplen los objetivos), además de 22 embalses, 14 zonas de transición (desembocaduras de ríos y lagunas próximas al mar) y cuatro áreas en la costa.

Los principales problemas que sufren estas masas de agua tienen que ver con su estado ecológico. Se miden baremos como la oxigenación del agua, transparencia o la concentración de nutrientes, así como la presencia de fitoplancton, es decir, que existan unas condiciones óptimas para la supervivencia de los ecosistemas acuáticos.

Un centenar de masas de agua

De las 485 masas de agua de la cuenca Galicia-Costa incumplen los objetivos medioambientales un total de 108.

La Xunta puntúa, por ejemplo, con “un deficiente” el estado ecológico de ríos como el Lagares, en Vigo, el río Chaín que discurre entre Portas y Caldas de Reis, el río Tomeza en Pontevedra, así como el embalse de Caldas.

Tampoco pasan la criba varios tramos del río Tambre y del Sar, una zona del Ulla, otra en el Umia, el río Con en Arousa, el embalse de Baiona, el embalse de Pontillón do Castro en Pontevedra, así como el de Eiras y el de Zamáns.

En las aguas consideradas de transición, que son masas de agua superficial en la desembocadura de los ríos que son parcialmente salinas, también suspenden la del río Miñor, entre Nigrán y Baiona, la confluencia con el mar del Oitavén y el Verdugo, la del Lérez en Pontevedra o las lagunas de Corrubedo, que son parque natural.

En cuanto a las aguas costeras, el documento de la Xunta identifica cuatro zonas: A Coruña, Ares, Moaña y Rande.

¿Pero cómo ha sido la evolución del estado medioambiental de las masas de agua gallegas? En el anterior Plan Hidrológico elaborado en 2015 cumplían los objetivos el 76,6 por ciento de las zonas analizadas. Este porcentaje se ha elevado ahora al 77,7 por ciento. Es un avance, pero insuficiente todavía para cumplir los objetivos de la UE.

Respecto a la anterior evaluación de las aguas el 8 por ciento mejoraron su estado ecológico y químico, mientras que el 6 por ciento empeoraron.

En concreto, la Xunta alude a una treintena de masas de agua que han empeorado su estado ecológico respecto a hace seis años. Entre ellas, está el embalse de Caldas, dos zonas del río Tambre, el Ulla,la desembocadura del Oitavén, el Lérez y el Umia por la presencia de amonio y fosfatos, así como la laguna de Carregal en Corrubedo que también se pasa al listado de suspensos por incumplir los objetivos medioambientales.

En cuanto a las masas de agua subterráneas, Galicia consigue el aprobado total: el cien por cien respeta las exigencias de la Directiva Marco del Agua.

El Plan Hidrolóxico que regirá en la cuenca Galicia-Costa para el próximo periodo enumera también las “presiones” que sufren los ríos, lagos y aguas costeras de la comunidad y que se deben sobre todo a focos de contaminación por vertidos urbanos, industriales o procedentes de la acuicultura o la minería. Aguas de Galicia ha identificado un total de 3.573 puntos de vertido en las masa de agua de la comunidad gallega.

La Xunta ha identificado un total de 108 masas de agua en Galicia que incumplen los objetivos medioambientales fijados por la Directiva Marco del Agua de la UE. Se trata del 22 por ciento de los ríos, embalses, lagos y aguas costeras de la demarcación hidrográfica Galicia-Costa. Suspenden las exigencias establecidas por la Unión Europea debido bien a la contaminación química por vertidos o por el mal estado ecológico de sus aguas a causa de la presencia de bacterias, falta de nutrientes, turbidez etc. El Gobierno gallego se fija como objetivo alcanzar un estado óptimo de todas las masas de agua de la comunidad autónoma antes de 2027.

Cuatro zonas costeras afectadas

Además de ríos, lagos y embalses, se detecta un mal estado ecológico en las aguas del litoral de A Coruña, Ares, Moaña y Rande.

La Directiva Marco del Agua, aprobada en el año 2000, obliga a los estados miembros a evaluar periódicamente el estado de las masas de agua. Se somete a examen tanto aquellas que son naturales, como los embalses o lagos creados de forma artificial o modificados por la mano del hombre. Y se analiza tanto los ríos, como sus desembocaduras, los lagos, embalses y también las aguas costeras –las más próximas a la linea de costa–.

Según recoge el Plan da Seca y el Plan Hidrolóxico 2021-2027 de Augas de Galicia, de las 485 masas de agua de la demarcación Galicia-Costa, el 77,7 por ciento presenta un estado bueno o muy bueno. Sin embargo, un total de 108 reciben un suspenso. En su mayoría, se trata de tramos de ríos (68 no cumplen los objetivos), además de 22 embalses, 14 zonas de transición (desembocaduras de ríos y lagunas próximas al mar) y cuatro áreas en la costa.

Los principales problemas que sufren estas masas de agua afectan a su estado ecológico. Se miden baremos como la oxigenación del agua, transparencia o la concentración de nutrientes, así como la presencia de fitoplancton, es decir, que existan unas condiciones óptimas para la supervivencia de los ecosistemas acuáticos.

La Xunta puntúa, por ejemplo, con “un deficiente” el estado ecológico de ríos como el Lagares, en Vigo, el río Chaín que discurre entre Portas y Caldas de Reis, el río Tomeza en Pontevedra, así como el embalse de Caldas.

Tampoco pasan la criba varios tramos del río Tambre y del Sar, una zona del Ulla, otra en el Umia, el río Con en Arousa, el embalse de Baiona, el embalse de Pontillón do Castro en Pontevedra, así como el de Eiras y el de Zamáns.

En las aguas consideradas de transición, que son masas de agua superficial próximas a la desembocadura de los ríos que son parcialmente salinas, también suspenden la del río Miñor, entre Nigrán y Baiona, la desembocadura del Oitavén y el Verdugo, la del Lérez en Pontevedra o las lagunas de Corrubedo, que son parque natural.

Más de 3.500 puntos de vertido

Las aguas gallegas soportan más de 3.500 puntos de vertido, procedentes de depuradoras o industria, que amenazan su estado ecológico.

En cuanto a las aguas costeras, el documento de la Xunta identifica cuatro zonas: A Coruña, Ares, Moaña y Rande.

¿Pero cómo ha sido la evolución del estado medioambiental de las masas de agua gallegas? En el anterior Plan Hidrológico elaborado en 2015 cumplían los objetivos el 76,6 por ciento de las zonas analizadas. Este porcentaje se ha elevado ahora al 77,7 por ciento. Es un avance, pero insuficiente todavía para cumplir los objetivos de la UE.

Respecto a la anterior evaluación de las aguas el 8 por ciento mejoraron su estado ecológico y químico, mientras que el 6 por ciento empeoraron.

En concreto, la Xunta alude a una treintena de masas de agua que han empeorado su estado ecológico respecto a hace seis años. Entre ellas, está el embalse de Caldas, dos zonas del río Tambre, el Ulla,la desembocadura del Oitavén, el Lérez y el Umia por la presencia de amonio y fosfatos, así como la laguna de Carregal en Corrubedo que también se pasa al listado de suspensos por incumplir los objetivos medioambientales.

En cuanto a las masas de agua subterráneas, Galicia consigue el aprobado total: el cien por cien respeta las exigencias de la Directiva Marco del Agua.

El Plan Hidrolóxico que regirá en la cuenca Galicia-Costa para el próximo periodo enumera también las “presiones” que sufren los ríos, lagos y aguas costeras de la comunidad y que se deben sobre todo a focos de contaminación por vertidos urbanos, industriales o procedentes de la acuicultura o la minería. Aguas de Galicia ha identificado un total de 3.573 puntos de vertido en las masa de agua de la comunidad gallega.

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