Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El confinamiento no evita el acoso escolar: cinco casos cada mes durante el pasado año

No hace falta estar en el patio del colegio para ser víctima de acoso. Las nuevas tecnologías extienden estos abusos más allá de las puertas del colegio. Entre noviembre de 2019 y octubre de 2020, a pesar del periodo de confinamiento y de la enseñanza a distancia, el Ministerio de Educación recibió desde Galicia un total de 65 denuncias por acoso escolar y malos tratos en el ámbito educativo. Esto supone una media de cinco al mes. En trece de estos casos la “grave vulneración de los derechos del menor” obligó a una intervención rápida por parte de la inspección educativa o de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.

Estas denuncias fueron recibidas a través del servicio de atención telefónica para casos de malos tratos y acoso escolar (900 018 018). Se trata de una línea habilitada a finales de 2016 por el Ministerio de Educación y gestionada por la Fundación ANAR. La llamada es gratuita y no aparece en la factura de teléfono. Al otro lado se encuentran psicólogos, que prestan apoyo para resolver el conflicto, pero también expertos en derecho que dan asesoramiento jurídico y trabajadores sociales que derivan el caso, si fuese necesario, a la inspección educativa o a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.

En un curso escolar totalmente atípico como el de año pasado, cuando la pandemia obligó a suspender en marzo las clases, los casos de acoso escolar comunicados a través de este teléfono se redujeron respecto a otros años –en 2018, por ejemplo, las denuncias en Galicia ascendieron a 180–. Sin embargo, aún así, a pesar de la enseñanza a distancia y el encierro, los profesionales que atienden esta línea telefónica identificaron 65 casos de acoso escolar en la comunidad gallega.

Las llamadas recibidas fueron muchas más: un total de 329. Pero, según explica el informe de balance de este servicio, muchas comunicaciones son para plantear dudas o requerir información. Incluso, se suele dar el caso de que un usuario llama varias veces, primero para informarse y después ya para concretar la denuncia.

Este teléfono está dirigido a cualquiera que conozca un caso de acoso escolar, desde los propios niños, a padres y profesores. De hecho, los que más llaman son los progenitores, en concreto, las madres.

¿Y cómo se produce el maltrato escolar en un contexto de confinamiento? Las nuevas tecnologías juegan un papel clave. Los casos de ciberacoso a nivel nacional han pasado de representar el 19 por ciento del total de denuncias a casi el 30 por ciento. Las principales plataformas a través de la que se sustancian estas prácticas son WhatsApp (51%), seguida de Instagram (31,5%). Estos medios sirven de vehículo para proferir insultos, ofensas, burlas, pero también son habituales las amenazas y las coacciones.

Esto ha supuesto además un cambio importante en el tipo de abusos más comunes. Si un año antes lo más frecuente era el acoso verbal (insultos directos), en 2020 el maltrato psicológico se ha convertido en lo más habitual. Según explica el informe, los niños pequeños tienden más a las agresiones físicas mientras que el acoso verbal y el ciberacoso aumenta en la adolescencia.

Loading...

El abusón, en busca de popularidad

A través de las llamadas que reciben en el servicio de atención telefónica contra el acoso escolar del Ministerio de Educación, los psicólogos cuentan con un perfil, no solo de las víctimas, sino también de los acosadores. En la mayoría de los casos se trata de un líder negativo, “que quiere ser popular” y que tiene una actitud prepotente y desafiante.

Pero también es habitual que presenten conductas agresivas e iracundas e incluso que sean “vengativos”. La mayoría son varones y tienen entre 12 y 15 años.

El perfil de la víctima: niña de 12 a 13 años a la que acosan por su aspecto físico o su déficit de habilidades sociales o emocionales

¿Y cuál es el perfil de la víctima? El 54 por ciento son mujeres y un tercio de las denuncias se refieren a niños de 12 a 13 años. Es la edad más complicada. A partir de los 16 la situación parece relajarse.

El informe del Ministerio de Educación indaga en las motivaciones que pueden llevar al acoso y sobre si existen factores de riesgo. Y, entre ellos, sobresale uno: el aspecto físico. Dos de cada diez denuncias recibidas en el teléfono contra el acoso escolar están relacionadas con los rasgos físicos de la víctima.

En segundo lugar, el déficit de habilidades sociales y emocionales convierte también a algunos niños en más vulnerables, seguido de la diversidad funcional y de la baja autoestima. La timidez e introversión está detrás de otro 12 por ciento de denuncias. Y en el 11,7 por ciento de los casos se detectó discriminación de género.

Suele tratarse además de un acoso constante. El 60 por ciento de los niños que son víctimas lo sufren a diario y más de la mitad llevan padeciéndolo desde hace más de un año.

Compartir el artículo

stats