Por sí solos son una fuente para mejorar la salud, pero su consumo antes de ponerse al volante puede resultar un cóctel mortal. Somnolencia, menor atención y capacidad de reacción, mareos, alteración de la coordinación, ansiedad, nerviosismo... Son efectos de los fármacos en la conducción, un consumo que en la última década estuvo presente en casi 50.000 accidentes con víctimas que dejaron 1.300 fallecidos en la red viaria. En el mapa de la conducción y los medicamentos, Galicia está marcada en rojo ya que es la tercera comunidad, por detrás de Murcia y Extremadura, con más siniestros de tráfico, según el estudio “Consumo de medicamentos entre los conductores españoles (2010-2019), realizado por la Fundación Línea Directa y Fundación Española para la Seguridad Vial.