En solo tres años cuatro de cada diez gallegos tendrán ya más de 55 años. Pero además la cifra de ancianos que viven solos en Galicia es cada vez mayor, lo que los coloca en una situación de especial vulnerabilidad. La institucionalización en residencias debe ser el último recurso.
Por eso, la Xunta oferta ya desde hace unos meses un nuevo modelo de teleasistencia avanzada, que permite monitorizar en sus domicilios y tener geolocalizados a los mayores las 24 horas del día. Este servicio va más allá del simple botón de auxilio que podían presionar en caso de sufrir algún percance o de encontrarse mal y que es el que lleva años funcionando en la comunidad.
De momento solo alrededor de medio millar de gallegos, del total de 7.562 usuarios que hay en Galicia de teleasistencia, tienen acceso a esta atención “avanzada” que permite la incorporación de nuevas tecnologías. Sin embargo, la intención de la Consellería de Política Social es que a finales de 2023 la cifra de beneficiarios con acceso a las máximas prestaciones del servicio ascienda a un total de 10.000. Para ello, solicitarán al Gobierno 14,6 millones de euros de fondos del paquete Next Generation.
Se dará así un vuelco a la teleasistencia convencional que funciona en Galicia desde hace un cuarto de siglo y que presta Cruz Roja con financiación de la Xunta. Este sistema consistía en instalar en la vivienda, un aparato telefónico, conectado a una central con la que se comunica en caso de urgencia mediante la activación de un pulsador. La incorporación de tecnologías digitales permitirá prestar un servicio que incluye, además del botón de alarma, otros apoyos tecnológicos complementarios tanto dentro como fuera del domicilio. Estos recursos se adaptarán a las necesidades de cada usuario. “Se dará una atención personalizada las 24 horas al día los 365 días del año”, explica. El servicio estará dirigido no solo a mayores que viven solos, sino en general a la población anciana del rural, personas con discapacidad e incluso a usuarios que residen en centros residenciales con el objetivo de mejorar las calidad de la atención y su seguridad.
“Se aplicarán soluciones basadas en tecnología digital para monitorizar la actividad de las personas y establecer alertas en casos de riesgo”, esgrime el proyecto presentado por la Xunta ante el Gobierno para optar a fondos europeos.
Entre los recursos que ofertará la teleasistencia avanzada está el de geolocalización. Se hace mediante un reloj que el usuario portará en todo momento y está dirigido especialmente a personas con algún tipo de deterioro cognitivo. Son muy frecuentes los casos de ancianos con algún tipo de demencia que salen a pasear y terminan perdidos. Este servicio de geolocalización ayudará a localizarlos rápidamente. Incluso la familia podría fijar una zona segura, de manera que si la persona mayor cruza esos límites saltará una alarma directamente al centro de alertas de Cruz Roja.
En los casos de mayor dependencia o necesidad de cuidados sociosanitarios, la Xunta prevé también sistemas de monitorización de variables biométricas y sistemas de sensorización del hogar. Por ejemplo, que el mayor tenga acceso a un pulsioxímetro que le permita medir el ritmo cardíaco y el nivel de saturación de oxígeno en sangre.
Otra de las prestaciones de la teleasistencia avanzada está pensada para aquellas personas que viven solas y salen poco de casa. En estos casos se aplicará un sistema cognitivo basado en la inteligencia artificial y el BIG DATA que permitirá identificar patrones y anticipar situaciones de riesgo a partir de los datos de monitorización del usuario. Es decir, si, por ejemplo, el usuario se levanta todos los días a las 10.00 de la mañana y se detecta que son las 12.00 y sigue en cama saltaría una alerta a la central.
Con este proyecto la Xunta pretende, no solo “superar el modelo de institucionalización y atender a las personas en el domicilio”, sino contribuir a la creación de empleo en el rural, evitando la despoblación en estas áreas.