El año del COVID no ha dejado un baby boom que muchos auguraban por el confinamiento y las restricciones de movilidad impuestas por la crisis sanitaria. Entonces hasta se le llegó a dar nombre a los hijos de ese fenómeno, los coronaboomers. Un año después del estallido del coronavirus, la realidad nada tiene que ver con aquellas previsiones que aventuraban el aumento de la natalidad. En Galicia, los nacimientos cayeron en los dos primeros meses del año más de un 15%: se produjeron un total de 2.118 partos, de ellos 1.057 en enero y los 1.061 restantes en febrero, según la estadística experimental publicada ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que es una estimación.

Por provincias, los nacimientos disminuyeron en el arranque del año de manera especial en Pontevedra, un 18,35%, hasta los 769. Le siguieron las caídas experimentadas en A Coruña, un 14,43%, hasta 904; Ourense, el 12,04%, hasta 210; y Lugo, un 11,66%, hasta 235. La caída interanual de los nacimientos en la comunidad gallega es, en cualquier caso, inferior a la registrada al arranque de 2020.