Un “agravio” y “una injusticia”. Los empresarios gallegos claman contra la política de peajes del Gobierno que a partir de septiembre liberará de pago 545 kilómetros en Cataluña y Aragón, mientras en la AP-9 siguen subiendo las tarifas. Galicia se convertirá así este año en la comunidad con más kilómetros de pago y con los precios más altos. La patronal advierte que esta situación “lastra la competitividad” de las empresas gallegas “porque algunos puntos de nuestra geografía se están quedando aislados por culpa de los peajes”. La Xunta también pone el grito en el cielo. La Consellería de Infraestruturas denuncia la “predilección” del Ejecutivo central por el eje mediterráneo, donde prácticamente se han levantado las barreras en todas su vías. “Reclamamos una política de peajes equitativa y homogénea para el conjunto del Estado”, exige el departamento de Ethel Vázquez.
La Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) advierte que “no es de recibo” que los peajes de las dos autopistas estatales en Galicia –la AP-9 y la AP-53– sean los únicos que han subido este año por encima del 2 por ciento en los tramos principales dentro de una misma provincia y que se encuentren entre las tarifas más altas por recorrido de toda España. “Lo que podía constituir un elemento de contribución al desarrollo de Galicia como son las autopistas se ha convertido en un lastre para la competitividad de nuestras empresas”, lamenta el presidente de la CEG, Juan Manuel Vieites.
“Lo que podría ser un elemento de contribución al desarrollo de Galicia como son las autopistas, son un lastre a la competitividad”
“Las empresas estamos haciendo un gasto en peajes que los competidores de otros territorios no tienen”, explica el presidente de la Confederación de Empresarios de Pontevedra, Jorge Cebreiros.
En su opinión, es una “injusticia” que Galicia se convierta en la comunidad con más kilómetros de peajes del Estado. “Estamos contrariados lógicamente. El coste de atravesar Galicia es insostenible”, denunció.
“Si un profesional tiene que hacer todos los días el recorrido Vigo- A Coruña o desde Vigo ir a Redondela, el coste de pagar esos peajes todos los días al final tiene un resultado sobre las cuentas de explotación”, advirtió.
Incluso apuntó que una empresa que dude entre mover sus mercancías a Europa a través del puerto de Vigo o el de Bilbao o Santander “podría decantarse por los segundos para ahorrarse el coste en peajes”.
Cebreiros lamenta además que no existe una alternativa gratuita a la AP-9 con lo cual no queda más remedio que pagar el peaje para desplazarse entre Vigo y A Coruña.
“Estamos contrariados. El coste de atravesar Galicia es insostenible”
A la indignación de los empresarios se suma la Xunta. “Galicia sufre las consecuencias de una política de peajes totalmente desequilibrada”, denunciaron. Según critican, en muchas comunidades el fin de la concesión permitió levantar barreras, en otras autonomías los precios se rebajaron “considerablemente” al rescatar el Gobierno las concesiones o se bajaron las tarifas este año por la evolución negativa del IPC. “Y a los gallegos no solo no siguen subiendo los peajes, sino que lo hacen más que en ninguna autopista de España”, lamentó la Consellería de Infraestruturas.
A esto hay que añadir, tal y como argumenta la Xunta, que Galicia es una región periférica “lo que hace a nuestra comunidad especialmente dependiente de las infraestructuras en términos de competitividad y calidad de vida”.
La conselleira Ethel Vázquez reclamó ayer al Ministerio de Transportes la convocatoria urgente de la comisión conjunta sobre la AP-9 para abordar las bonificaciones y avanzar en el diálogo de cara a la transferencia de esta autopista.
“Sale casi tan caro llevar mercancías a Madrid como transportarlas entre Ferrol y Tui”
En este sentido, la Confederación de Empresarios de Galicia aplaudió que el Congreso de los Diputados haya decidido tomar en consideración la propuesta unánime del Parlamento gallego para que traspase a la Xunta la Autopista del Atlántico. “Estoy convencido de que eso mejorará la gestión de la AP-9”, señaló Cebreiros.
Los transportistas señalan que mover algunas mercancías ya es más costoso que el propio producto
Los gallegos pagamos un doble peaje. Por un lado, pagamos más por circular por las autopistas que en otras partes del territorio. Pero, por el otro, compramos también más caro porque para las empresas que nos venden sus productos los costes de transporte son mayores. Los transportistas saben bien lo que cuesta moverse por la AP-9 y el impacto que eso tiene al final en el bolsillo de cada uno de los gallegos. “Si al final nos sale más caro mover mercancías, ese coste se termina repercutiendo sobre el consumidor”, explica el presidente de la Federación Gallega de Transporte de Mercancías (Fegatramer) y responsable de la Asociación Empresarios de Transporte Discrecional de Mercancías de Pontevedra (Asetranspo), Ramón Alonso. Y donde más se nota el impacto de los peajes es en el transporte de mercancías con poco valor añadido como el agua, la leche o la madera. Se producen a bajo coste, pero cuando hay que transportalos su precio se encarece. “En algún caso ya vale más logística que el producto en sí y eso lo que supone al final es que deja de ser competitivo”, explica Ramón Alonso. Ni siquiera el IVA tiene tanto impacto, en su opinión. “Puede ser del 21 por ciento pero lo pagas una vez. Si hay peajes tienes que pagar más por llevar la mercancía, pero vuelves a pagar cuando el camión viene de vuelta vacío. Eso se incluye en los costes de transporte”, aclara el presidente de la patronal gallega. Así, por ejemplo, hay supermercados que tienen su centro de distribución en Ferrol y tienen que repartir cada día a Tui o a Guarda. El camión se gastará solo 200 euros en peajes cada vez que hace un viaje de ida y vuelta. “A lo que hay que sumar el carburante. Saldría casi tan caro como llevar la mercancía a Madrid siendo muchos más kilómetros”, explica Ramón Alonso. Y no hay forma de eludir estos costes a mayores en los peajes. “Si no queremos venir por la AP-9 entre Ferrol y Tui puedes tardar dos horas más. Es imposible”, lamenta el responsable de los transportistas gallegos.
