Corría febrero de 2008, había pleno en el Parlamento de Galicia y en la oposición hacía frío. El sucesor de Manuel Fraga al frente del PPdeG se esforzaba por construirse un perfil propio con el que hacer frente al bipartito, de aquella más precupado por ver cuál de las dos fuerzas saldría más reforzada tras las siguientes elecciones. Alberto Núñez Feijóo se apoyaba en un pequeño grupo de colaboradores sin gran peso en la etapa del 'León de Vilalba'. Gente joven, con ideas nuevas en materia de comunicación y con un ojo siempre en la política nacional, desde donde solían traer munición para el combate ideológico. En aquella sesión plenaria, tras un rifirrafe a cuenta de una declaración para condenar un acto violento contra María San Gil, esos asesores quedarían bautizados como "los chicos de Alberto". Con ese punto de retranca, en castellano, se refirió a ellos en una conversación privada, según desveló luego el nacionalista Carlos Aymerich, el propio portavoz del Grupo Popular, Manuel Ruiz Rivas, del ala galleguista del partido y hoy alcalde de Ribeira.

Uno de aquellos spin doctors es Lucas Martinón y un año después pasó de "chico de Alberto" a convertirse en uno de los hombres del presidente. Hasta ayer, que cesó como director xeral de Comunicación para dedicarse a otros proyectos en el ámbito privado. Martinón recibió el adiós emocionado de su ya exjefe: "Juntos vivimos la sucesión en el PPdeG y casi cuatro años de oposición muy interesantes. Y en el ámbito del partido dirigió las cuatro campañas autonómicas, parece que con éxito. Es la decisión irrevocable de este periodista de la que el Consello toma razón", expuso Feijóo, que le dedicó un "hasta siempre".

De una prominente familia ourensana de médicos, con miembros de carreras brillantes en varias disciplinas, Lucas Martinón (1980) es licenciado en Periodismo. Se encontró con Feijóo cuando trabajaba en el gabinete prensa de la Consellería de Política Territorial y el de Os Peares volvió de Madrid para asumir ese puesto en el último Ejecutivo de Manuel Fraga. Luego, junto a Álvaro Pérez, Mar Sánchez Sierra -ambos aún en el Gobierno- o Luis de la Matta conformó ese núcleo duro con el que hizo la travesía del desierto de la oposición. A ese grupo de asesores se atribuye la estrategia que, a la postre, llevaría al líder del PPdeG a la presidencia de la Xunta. Un campaña en la que no faltaron la crispación --Alfonso Rueda se llegó a manifestar con Galicia Bilingüe para denunciar una supuesta imposición del gallego-, y hasta los ataques personales, y que acertó en la insistencia de pintar al Gobierno de PSdeG y BNG como un matrimonio mal avenido y adicto al despilfarro. Era un retrato de brocha gorda pero con pinceladas certeras que acabó calando, en el contexto de la brutal crisis económica.

Martinón, al que se le otorga la pluma detrás de los discursos más relevantes de Feijóo, asumió en la primera legislatura la jefatura de prensa del presidente y en 2013 ascendió a director de Comunicación. El mandatario explicó que su asesor hace ya meses que le trasladó su intención de abordar otros proyectos. Ahora se materializa su adiós, al menos su hasta luego, a la comunicación política.