La presión de Ciudadanos aumenta hacia el PP para sellar un pacto electoral en Galeuscat, las tres comunidades de nacionalidad histórica que este año celebrarán elecciones: Galicia, Cataluña y Euskadi. La portavoz parlamentaria de Cs y aspirante a líder orgánica, Inés Arrimadas, intensificó sus cantos de sirena hacia los populares para firmar una alianza que es rechazada por el presidente de la Xunta y del PPdeG, Alberto Núñez Feijóo.

"En circunstancias excepcionales, en lugares excepcionales, en momentos excepcionales, Ciudadanos es el único partido que sabe pensar en los ciudadanos por encima de los partidos y por eso propondremos abrir un debate para ver cómo se pueden sacar más escaños con los votos constitucionalistas", indicó Arrimadas, que se refirió expresamente al caso catalán. "Esta propuesta la hago ahora por si se adelantan las elecciones en Cataluña", declaró ayer en Hospitalet de Llobregat, informa Efe. El president Quim Torra ya anunció que convocaría los comicios tras la aprobación de las cuentas catalanas de 2020. En esa comunidad, Cs es el partido más votado. Allí, el PSC ha rechazado un acuerdo.

Arrimadas lanzó esta idea esta semana, a pesar de que su partido elegirá el 15 de marzo a su nuevo líder, y ha despertado los recelos de los críticos en el partido. Además, su mensaje se produce tras el batacazo sufrido por los naranjas en las elecciones generales del 10 de noviembre, en los que pasó de 57 diputados a 10. En el caso de Galicia, perdió los dos escaños que había logrado en la cita anterior.

El mensaje de integración ha generado cierta simpatía en dos pesos pesados de la cúpula estatal del PP: Teodoro García Egea y Cayetana Álvarez de Toledo. Sin embargo, ha sido descartada por Feijóo, que le ha abierto la puerta a los de Ciudadanos para que se sumen al PPdeG, pero sin aceptar una coalición.

La presión de Arrimadas se dirige a la sede de Génova, donde deben valorar una oferta que les permitiría recuperar terreno en Cataluña, donde en las últimas autonómicas fueron la última fuerza política. Se trata de la única baza posible para lograr una integración con el PP en Galicia.

Aun así, la dirigente que relevó a Albert Rivera de forma transitoria, favorita clara para ser elegida presidenta, debe superar las reticencias de las críticas internas. Ayer ya lanzó un mensaje contra las baronías y negó que vaya a ser presidenta "de cualquier tipo de partido ni a cualquier precio". "Quiero coherencia y esto no se puede garantizar con 17 baronías", dijo en alusión al vicepresidente de Castilla y León, Francisco Igea, rostro de los críticos y que estudia presentarse contra Arrimadas.

Este replicó a la dirigente: "Es época de análisis, no de chantajes".