El auge de nuevas formaciones ha sido generalizado, pero también desigual. Mientras en las grandes ciudades concurren a las municipales al menos una decena de partidos, en las localidades más deshabitadas y aisladas la oferta electoral se disploma hasta el mínimo. Quizá el caso más paradigmático es el de Vilarmaior: el municipio coruñés donde solo se presenta el PP. Pero la situación apenas mejora en otros 36 ayuntamientos, donde las posibilidades son apenas dos. En Ourense se concentran la mayoría (19), con abrumadora predominancia del bipartidismo. Le sigue la provincia de Lugo, también castigada por el abandono del rural y la sangría demográfica, con 11 ayuntamientos. En contraposición, en las circunscripciones atlánticas el número baja a 5, para el caso de A Coruña -el citado Vilarmaior, más Dumbría, Cerdido, Moeche y Vilasantar; estos últimos con solo PP y BNG-, y a solo uno en la provincia de Pontevedra. Se trata de Mondariz-Balneario.