En el último informe PISA publicado, realizado en 2015, uno de cada cinco estudiantes gallegos aseguraba sufrir conductas de acoso de sus compañeros de clase varias veces al mes. Para algunos expertos, estos comportamientos pueden gestarse ya en Infantil. Los responsables del proyecto ELISA son conscientes de que "una de las preocupaciones más importantes" de padres y docentes es que los niños muestren conductas agresivas en el colegio, sean físicas (como pegar o empujar) o de tipo social (burlas, motes o intentos de exclusión). Por eso incluyen el examen de esta variable en sus investigaciones.

Según explican los autores en la que es por ahora la última actualización del trabajo, el porcentaje de niños que manifiestan conductas agresivas "frecuentes" en el contexto escolar de carácter físico sería de un 2,5% según los progenitores, pero casi se duplicaría, con un 4,4%, si el dato lo aportan los docentes. Lo mismo ocurre con la agresividad social: la familia alega que un 1,3% de los niños son agresivos y los maestros lo suben al 3,4%. La discrepancia tendría una explicación, indican los investigadores. Estas conductas "son más perceptibles por parte de las maestras" al tener la posibilidad de identificarlas en el lugar y momento en el producen, mientras que las madres las conocen cuando los niños lo cuentan. Por ello creen que la diferencia puede deberse a que los niños "guarden silencio" sobre este tipo de problemas.